Hace un año, el fotógrafo gijonés Julio Herrera recibió un encargo: seleccionar una treintena de pueblos con encanto de Asturias. La única cota, que tuvieran menos de 5.000 habitantes. Desde ahí, una docena de meses en los que Herrera recorrió el Principado buscando "pueblos perdidos, poco conocidos, con un entorno o una tradición que los hiciera especiales". A fin de cuentas, y en palabras del fotógrafo: "asentamientos que rompieran con la tónica de los pueblos más trillados".

Ayer, Herrera presentó su libro, que lleva por título "Pueblos con encanto y excursiones por sus alrededores", en el Club LA NUEVA ESPAÑA de Gijón.

"Hay pueblos que son una maravilla, perdidos, casi como aldeas del fin del mundo", analizó Herrera. En total, el fotógrafo gijonés hizo una selección de treinta, repartidos en tres secciones: pueblos de la costa, de los valles interiores y de la montaña.

"Son muchos más de los que están", se resigna Herrera. El fotógrafo, aunque ya conocía gran cantidad de estos pueblos merced a la docena de libros que tiene en su haber, descubrió algunos asentamientos que le asombraron. Es el caso de San Emiliano / Santomillao que "me sorprendió muy gratamente. Está muy bien conservado, con palacios y torres impresionantes", explicó Herrera. Otros grandes descubrimientos fueron Viboli o Focella, "pueblos prácticamente inhabitados durante el invierno, donde viven una o dos personas".

En el libro, las fotografías de Herrera van acompañadas de un texto en el que recoge "pinceladas históricas, culturales, curiosas o gastronómicas". Además, se incluye una ficha con restaurantes o alojamientos "para dar a conocer el pueblo". Por último, Herrera elabora, para cada asentamiento, una suerte de excursión por sus alrededores, "con visitas a museos, iglesias, monasterios, monumentos o centros de interpretación", concluyó.