Asturias es una de las comunidades con más alta tasa de suicidios, y muchas personas permanecen ingresadas en los hospitales de la región a raíz de un intento de acabar con su vida en plantas no psiquiátricas sino médicas, para recibir tratamientos médicos y quirúrgicos secundarios a ese intento de suicidio. Este perfil de la población asturiana es el que ha llamado la atención de las psiquiatras Sherezade Bestene y Aida González, que ayer defendieron su trabajo fin de residencia en el Hospital de Cabueñes titulado “Características sociodemográficas y psicopatológicas de pacientes con intentos de suicido médicamente graves”.

“Queríamos ver si podíamos encontrar factores precipitantes, porque hay muy pocos estudios realizados en España sobre este grupo de población, el de las personas que intentan un suicidio sin ser capaces de consumarlo”, explicaba ayer Bestene.

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