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SILVIA NANCLARES | Escritora y activista

"Cómo resolvamos el tema de la maternidad subrogada nos definirá como sociedad"

"Hay un claro factor de clase: los más ricos son quienes contratan y los más pobres quienes se someten"

Apenas ha comenzado el debate social sobre la maternidad subrogada -los llamados "vientres de alquiler"- cuando ya se quiere legislar sobre ello. Es una de las advertencias con la que la activista cultural y escritora Silvia Nanclares (Madrid, 1975) llega a Gijón donde ayer y hoy participa en unas jornadas sobre el tema que se llevan a cabo en El Llano. Es autora de la novela "Quién quiere ser madre".

- ¿Cómo se puede afrontar el debate de la maternidad subrogada sin vicios de ningún tipo?

-Hay que huir de la polarización y salir del estoy en contra o estoy a favor. Debemos verlo como un desafío político y social, atrevernos a debatir sobre ello. No es algo que yo tenga claro. Tampoco quiero tenerlo. Esta urgencia viene dada por el proyecto de ley que ha presentado Ciudadanos, pero es un proceso complejísimo. Todavía no se ha legislado la eutanasia o la muerte digna, hay una cantidad de procesos vitales que todavía no se han tocado. O la ley de reproducción asistida, que lleva 15 años y quedan cosas que no se aplican bien, hay lagunas.

- ¿Ha llegado el intento de legislación antes que el debate?

-Sí, pero debido a presiones de lobbies, especialmente el de la reproducción asistida que quiere abrir el mercado. No niego que haya gente que no pueda gestar, ya sean hombres o mujeres, y quieren una alternativa para no tener que irse fuera de España, pagar dinerales, pero yo salgo a la calle y no oigo hablar de gestación subrogada y sí oigo hablar de muerte digna, de memoria histórica de la ley de dependencia.

- ¿La sociedad incita a ser madre?

-Totalmente. Es otro de los problemas de este tema, que en España no hay nada más valorado que la familia. La gente quiere tener descendencia a toda costa. La familia está muy bien, pero no solo nos relacionamos a través de la familia. En el sur de Europa somos sociedades muy familiaristas pero, paradójicamente, tenemos las natalidades más bajas porque hay mucha presión para ser madre o padre pero luego no hay ayudas públicas para serlo. Debemos analizarlo con calma.

- ¿Y la cuestión económica de la maternidad subrogada?

-La maternidad subrogada tiene un factor de clase y otro colonial. ¿Qué países subrogan y qué países se dejan? Esto va a ser una cuestión de clase y de color de la piel. Las personas más ricas y más blancas ya estamos subrogando y quienes se someten a ello son personas más pobres y normalmente no blancas, menos en el caso de las mujeres eslavas.

- ¿Lo ve como comprar bebés?

-Totalmente. Va todo en el mismo saco. Se trata de una capitalización de la capacidad procreadora de la mujer, como la natalidad forzosa de los países comunistas, robo de bebés en el franquismo? Entra dentro de un debate de género muy amplio. Es mercantilizar el cuerpo de la mujer.

- ¿Sería complicado discernir quien lo hace por gusto o quien por necesidad?

-Ese es el talón de Aquiles de la ley. Ciudadanos dice que es altruista, pero me parece una figura retórica. Habrá mujeres que lo hagan, pero en Gran Bretaña, donde es legal, solo entre 10 y 20 mujeres lo habían hecho solo altruista. Igual que quien dona óvulos, lo hacen por un ordenador, por pagar la fianza de un piso? eso lo sabemos y eso pasa en España. Partir del altruismo como si hubiésemos inventado la rueda pues no, porque hay antecedentes. La donación de órganos sí es altruista y es un buen ejemplo a emular en la gestación subrogada. Una agencia estatal que te evaluara y viera que lo haces cien por cien altruista.

- ¿Se llegará a ello?

-Es una cuestión apasionante, que se pondría tomar como síntoma de la sociedad. Cómo resolvamos el tema de la gestación subrogada nos definirá como sociedad.

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