Su bondad, su generosidad, su altruismo y la dedicación a los demás, especialmente a los necesitados, fueron las facetas de Pedro González Fuentes más recordadas ayer durante su funeral en la Iglesia de Somió. Una parroquia, la de San Julián, que fue la suya y que se quedó pequeña de tantas personas que ayer quisieron tributarle un último adiós y arropar también a su esposa Charo Vigil, a sus hijos y nietos y demás familia tanto asturiana como gallega.

Fue precisamente uno de sus nietos, Jaime González, quien realizó la primera de las lecturas en una celebración presidida por el párroco de San Julián, Luis Muiña. Durante su homilía todo fueron buenas palabras y el reconocimiento a un hombre que tras 93 años de vida dedicó buena parte de ella a los demás, especialmente desde su presidencia de la Asociación Gijonesa de Caridad- Cocina Económica y como vicepresidente nacional de Unicef.

Rostros conocidos como Manuel Vega-Arango o el presidente del Real Grupo de Cultura Covadonga, Antonio Corripio, y el expresidente de la entidad deportiva, Janel Cuesta, también acudieron a despedir al fallecido. Cabe recordar que González Fuentes fue directivo del Real Sporting y recibió la distinción de "grupista ejemplar".

El epílogo del funeral llevó la voz de su nieta Reyes Martínez, recitando "La muerte no es el final", de San Agustín. "La vida es lo que siempre ha sido. El hilo no se ha cortado. ¿Por qué estaría yo fuera de vuestra mente? ¿Simplemente porque estoy fuera de vuestra vista? Os espero; no estoy lejos, sólo al otro lado del camino", concluyó su nieta. Las cenizas de Pedro González Fuentes serán trasladadas a Verín (Orense), su localidad natal.

Gijón despidió así ayer a una de las personas que más hizo por dignificar su nombre, buscando siempre el beneficio de los demás.