No es la primera vez que las luchas fratricidas y localistas impiden la implantación en Asturias de estudios universitarios vinculados al deporte. A finales de la década de los 90, la aspiración de ofrecer la licenciatura entonces llamada de INEF (Instituto Nacional de Educación Física) se evaporó por culpa de la pugna entre Oviedo y Gijón.

Tras unos años en los que la implantación de la licenciatura de INEF fue un tema recurrente pero sin grandes polémicas, la idea volvió con fuerza en los últimos años del pasado siglo, cuando hubo la posibilidad de que la Universidad de Oviedo pudiese ofertar este tipo de estudios, pero otra vez la lucha localista acabó frustrándolo.

El entonces rector, Julio Rodríguez, apostó decididamente por el campus de El Cristo. Su argumento principal era la cercanía tanto de las instalaciones deportivas como de la Facultad de Medicina, a la que el rector quería que los estudios deportivos estuvieran estrechamente vinculados. Desde Gijón se pusieron sobre la mesa sus amplias instalaciones deportivas y la Universidad Laboral, prácticamente inutilizada.

La entonces alcaldesa, Paz Fernández Felgueroso, recordó que "Gijón ha realizado una ingente esfuerzo en la creación de instalaciones deportivas" y el vicealcalde, Pedro Sanjurjo, afirmó que no querían "entrar en conflictos locales porque en esta región lo que sobran son este tipo de conflictos". Hubo intervenciones plenarias, acusaciones entre partidos políticos de no realizar una defensa clara por la opción gijonesa y muchas declaraciones en favor y en contra tanto de la opción ovetense como de la gijonesa. El caso es que ese tren pasó de largo.

"Asturias ya ha perdido en más de una ocasión la posibilidad de albergar los estudios de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte debido a polémicas localistas y llevamos camino de volver a perderlo si siguen las peleas políticas". Así de tajante se muestra Pepe Llaneza, uno de los primeros licenciados asturianos en INEF , quien recuerda que "ya cuando volví a Asturias después de licenciarme en Madrid, hace de eso mas de 35 años, ya se hablaba de que la Universidad de Oviedo ofreciese esos estudios, pero han pasado todos estos años y seguimos sin ellos", lamenta Llaneza, ex jugador de balonmano y preparador físico del Sporting durante una larga época. "¡La cantidad de chavales que desde entonces han tenido que marcharse fuera por no haber esos estudios aquí!" exclama.

Por aquel entonces, primeros años de la década de los 80 del pasado siglo, eran Oviedo y Gijón los que ya mostraban interés por acoger estos estudios, pero la Universidad acabó apostando por otras carreras.

Desde el primer momento los distintos partidos con representación en el Ayuntamiento gijonés alcanzaron el consenso sobre este tema y de manera conjunta solicitaron lo que entonces se denominaba INEF para Gijón. Sin embargo La Coruña en 1986 y León un año más tarde se adelantaron a Asturias en la implantación de estos estudios y hacia esas dos ciudades tuvieron que marchar los jóvenes asturianos que quisieron realizarlos. No obstante supuso un avance porque acercaba al Principado una carrera que había que ir a Madrid para poder cursar.

"No podemos dejar que esto vuelva a pasar", señala Llaneza, muy preocupado porque "nadie aprendió de las negativas experiencias anteriores". Ahora la controversia es a tres bandas porque a Oviedo y Gijón se ha unido con fuerza Mieres, que pretende potenciar su campus, claramente infrautilizado. "Personalmente creo que no pude haber ninguna duda de que la mejor opción es Gijón", asegura, pero "lo importante es que de una vez se logre traer a Asturias los estudios de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte". Para el preparador físico además de satisfacer una clara demanda de muchos jóvenes asturianos que quieren realizar este tipo de estudios "supone una fuente de ingresos porque vendrá gente de otras comunidades". Pepe Llaneza tampoco comparte la posibilidad apuntada por el actual rector, Santiago García, de dividir los estudios entre Mieres y Gijón: "Me parece absurdo", señala.

Han pasado décadas pero nada ha cambiado, ni siquiera los argumentos, aunque en el caso de Gijón a los reiterados en las ocasiones precedentes añade las nuevas instalaciones construidas en los últimos años, sus programas de actividades deportivas, la declaración como Ciudad Europea del Deporte o incluso un millón de euros para ayudar a sufragar los gastos que a la Universidad le suponga la implantación de estos estudios.