Cuatro miembros de una red de narcotráfico declararán a partir de este lunes en la Audiencia Nacional como acusados de la muerte del gijonés Fernando Bernardo Gómez -de 38 años y vecino del barrio de El Llano- que falleció en julio de 2014 tras romperse una de las 67 bellotas de droga que ingirió para transportar la sustancia hasta Suiza. Uno de los procesados, que en suma afrontan una pena de 102 años de cárcel, le practicó entonces una laparotomía para recuperar la mercancía y después le decapitaron y desmembraron. Los restos de Fernando Bernardo Gómez aparecieron en el interior de una maleta en un bosque de Francia.

Los hechos, a tenor del escrito del Ministerio Fiscal, sostienen que Heriberto Reyes, de República Dominicana, dirigía una red de narcotráfico que distribuía droga en Europa. España era el país receptor y en 2011 contactó con Fernando Bernardo Gómez para que hiciera de "mula" por todo el continente. Viajaba a Suiza dos veces al mes con kilos de droga en su intestino. El gijonés salió de su casa de El Llano a principios de julio de 2014, viajó a la localidad burgalesa de Villadiego, como solía hacer, y allí se encontró con Heriberto Reyes y otros tres miembros de la banda: Benjamín Guzmán, Alba Leidy Cabrera y Alexander Méndez, también procesados. Pero la última vez algo salió mal. El gijonés comenzó a sentirse mal y nadie le auxilió hasta que se murió. La autopsia reveló que falleció por la rotura de una o varias de las 67 cápsulas cocaína que portaba en su organismo.

Heriberto Reyes le hizo una laparotomía para recuperar las sustancias, descuartizó el cadáver, lo metió en una maleta y puso rumbo a Suiza. Cruzó la frontera a Francia y en un bosque de la localidad de Tarnes tiró las bolsas. La madre de Fernando Bernardo ya había denunciado en Gijón la desaparición de su hijo cuando aparecieron sus restos. Ahora se juzgará su muerte, en la que Reyes afronta 30 años de cárcel -14 por homicidio por omisión y 16 por delito contra la salud pública- y el resto del grupo 24 años.