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Un veterano comercial de joyería ideó el butrón a una tienda de Pumarín, en Gijón

"Es como si me dicen que me robó mi hermana", afirma incrédulo el dueño del establecimiento gijonés

Javier Iglesias, el joyero gijonés afectado, al día siguiente del asalto a su negocio en la calle Roncal, en el mes de marzo. JUAN PLAZA

Un comercial de joyería con amplia vinculación profesional con Asturias acaba de ser detenido en Madrid como el "ideólogo" de un grupo criminal que está detrás de asaltos a casas de joyas por todo el país. Incluido el que sufrió el pasado mes de marzo un establecimiento de Pumarín del que a punto estuvieron de llevarse 1,2 millones de euros en joyas.

"Es como si me hubiera intentado robar mi hermana", afirmaban ayer los dueños de la joyería Canteli, ubicada en la calle Roncal, que no daban crédito a la noticia de la detención y desarticulación de la banda divulgada por la Guardia Civil. El comercial implicado, Félix G. G., de 62 años, tenía relación con la joyería gijonesa "desde hacía muchísimos años". Fueron sus deudas y problemas personales los que le habrían llevado a sacar beneficio de la información sobre los negocios que había ido adquiriendo durante años. Sabía la mercancía que exhibían muchos de sus colegas, sus horarios de apertura y cierre, las medidas de seguridad, el número de empleados y hasta qué tipo de caja fuertes tenían. Algo que avalan los afectados gijoneses. "Félix entraba incluso al despacho, conocía todo, pero nos era imposible sospechar de él, es del que menos piensas; estoy desencajado", relató Javier Iglesias.

Todos los datos de los que disponía Félix G. G. los puso en conocimiento de "históricos y experimentados delincuentes afincados en Madrid", según la Guardia Civil, que vivían cerca suyo y a los que propuso el negocio. De esta forma este sexagenario creó "un amplio entramado delictivo" en el que planificaba los golpes y seleccionaba los comercios. En el caso de los joyeros gijoneses, se salvaron de la ruina por los pelos. Los delincuentes accedieron de madrugada a su local por el método del butrón -y con uso de lanzas térmicas para la apertura de cajas fuertes-. "¿Por qué a nosotros y por qué aquí, en un barrio?", se preguntaba Javier Iglesias desde hace meses. Ayer encontró la respuesta. En Gijón, por su butrón en la calle Roncal, habían sido detenidos seis integrantes de la banda. Cinco de ellos ingresaron en prisión. Las investigaciones prosiguieron y ayer además de la detención del comercial se conocía el arresto de otros cuatro miembros más de la banda.

Tras la "operación Petunia" -que se inició en octubre de 2017 tras un atraco en una estación de servicio de La Bañeza, en León- estaba un grupo con un amplio historial delictivo por toda España, que se dividía en dos células, una que empleaba el método del butrón y otros, "extremadamente violentos", que utilizaban armas de fuego para intimidar.

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