La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Una velada gloriosa con la OSPA

El teatro Jovellanos explota de júbilo con el joven guitarrista Pablo Sainz Villegas

Una velada gloriosa con la OSPA

Dos estrellas brillaron ayer en el concierto de la OSPA, celebrado en el teatro Jovellanos, bajo el patrocinio de LA NUEVA ESPAÑA, y estas fueron, el guitarrista Pablo Sainz Villegas y el director de la orquesta, Jaime Martín. El programa era en principio sugerente, lo encabezaba Zoltan Kodaly y sus "Danzas de Galanta". Este compositor húngaro era filólogo y pedagogo, su método de aprendizaje musical aún se practica hoy. Recopiló música popular con Bartok en los Cárpatos, antes de la primera guerra mundial. Las "Danzas de Galanta" son una muestra de su trabajo de recopilación del material popular. Es una obra complicada, con variaciones de ritmo y estructura, que el director logró llevar a la orquesta al campo de lo sublime. Muy bien.

Lleno en el Jovellanos, parece que el público tuvo la sospecha de que asistiría a una velada gloriosa. La "Fantasía para un gentilhombre" de Joaquín Rodrigo tuvo como solista en la guitarra a todo un artista, Pablo Sainz Villegas. Esta obra es típica del siglo XX, pero conserva un carácter historicista. No pudo con el recuerdo del Concierto de Aranjuez, que prácticamente lo anuló. Pero detrás de todo estaba un hombre, el solista y su guitarra, que hizo de la obra un lucimiento espectacular. Y aún quedaba la propina para valorar mejor sus virtudes. Dijo, antes de afrontarla, que era de La Rioja y que por tanto iba a tocar una jota. Sensacional, no nos extraña que sea reconocido en el mundo entero pese a su juventud. El Jovellanos explotó de júbilo a su término.

Una novedad en la orquesta. Marta Menghini tocó ayer el violín como ayudante del concertino. Enhorabuena. Cerraba el concierto la obra de Rimsky-Korsakov, "Sherezade". Un trabajo monumental, grandilocuente, en que todos los solistas pudieron lucirse, desde el concertino Alexander Vasilev, hasta el fagot, el clarinete, el violonchelo, el arpa... La obra continuó con su sentido narrativo, contrastando el carácter de los pasajes y recurriendo al tema principal hasta la cadencia final. Felicitaciones también a la orquesta. Funciona como una máquina de coser bien engrasada. Además puede con todo.

La ovación, bien merecida, fue sonora, prolongándose varios minutos.

Compartir el artículo

stats