"La sidra, en palabras de Óscar Flórez, de la Asociación de Fomento de la Sidra Tradicional Asturiana, que ayer ejerció de moderador en un debate titulado "¿Entendemos de sidra?", que se celebró en el Club LA NUEVA ESPAÑA de Gijón.

Entre el público asistente hubo disparidad de criterios sobre si los consumidores saben o no la sidra que beben, pero fue Manuel Riestra, de Sidra Muñiz, quien centró el asunto al opinar que "todo está relacionado", tanto qué es una buena sidra, se valora el servicio, es una bebida cara o barata y ¿es defendible la uniformidad de precios?.

Sostuvo el lagarero que el servicio es la base del futuro de la bebida asturiana por antonomasia, "el escanciado nos hace únicos, pero como es algo cotidiano no lo valoramos en lo que vale y el futuro de la sidra es reconocer el servicio", desde la conservación de la bebida al escandiado, argumentó Riestra.

"Cada vez se da mejor servicio y la gente cada vez es más exigente", subrayó, por su parte, Guti Rodríguez, de la sidrería La Ballera, una de las históricas de Villaviciosa, que también intervino en el debate desde la mesa.

"Se puede beber sidra a dos euros la botella que es carísima y por cuatro euros regalada", señaló Manuel Riestra, quien insistió en que el servicio es lo que hace a la sidra "única y también costosa". Por ello, en su opinión, el precio de la sidra no puede ser uniforme, "tiene que tener precios distintos por calidad y servicio".

También reseñó el lagarero que dentro de unos meses se va a establecer por primera vez en la historia la figura profesional del escanciador, fundamental para dar un buen servicio a la clientela, lo que permitirá realizar luego cursos de formación.