El Principado se ha marcado como objetivo que los sínter de ArcelorMittal, una de las instalaciones más contaminantes que tiene en su factoría de Gijón, reduzcan en un 40% sus emisiones entre 2019 y 2021. El consejero de infraestructuras, ordenación del territorio y medio ambiente del Principado, Fernando Lastra, anunció ayer que las medidas que incluirán la nueva autorización ambiental integrada del sínter, que ahora está en elaboración, se traducirán en una reducción de ese 40% respecto a los niveles actualmente permitidos.

La nueva autorización ambiental integrada para el sínter estará lista dentro de seis meses, según indicó Lastra. La implementación de las medidas que en ella se establezcan, para que el proceso fabril sea menos contaminante, se acompasarán al plan de inversiones que Arcelor anunció el pasado mes de diciembre y que contempla 40 millones para mejoras en los sínter de la factoría de Veriña (de ellas 32,5 millones en los nuevos filtros). Esas mejoras ya habían sido negociadas por el Principado con Arcelor, coincidiendo con la tramitación de la declaración de impacto ambiental para la reconstrucción de las baterías de coque de Veriña. Los 40 millones que Arcelor destinará al sínter se suman a los 1,84 millones que ya ha invertido. La multinacional prevé destinar otros 40 millones más a mejoras en otras instalaciones, principalmente para reducir emisiones difusas (las que no se emiten por chimenea) en los hornos altos y la acería.

El plazo que dará la futura autorización ambiental del Principado para mejoras en el sínter se acompasa con las previsiones de la empresa para acometerlas. En 2018 Arcelor prevé actuaciones en el silo para evacuación de polvo de los últimos campos del sínter A y la instalación de cañones nebulizadores en naves de tolvas en ese sínter. En 2019 se adecuarán los niveles de emisión del sínter A primario y se comenzará a actuar en el sínter B, con la renovación de su enfriador y sustitución de las soplantes. Las mejoras se completarán en 2022 con la adecuación de los niveles de emisión del sínter B primario. Estas actuaciones forman parte del paquete de 210 millones de inversiones ambientales que Arcelor anunció para Gijón y Avilés, incluyendo las baterías de Gijón.

Lastra señaló ayer que también se están tramitando las nuevas autorizaciones ambientales para la térmica y la cementera de Aboño, con reducciones en los niveles permitidos de emisión de entre el 70% y el 80% respecto a las autorizaciones vigentes.

Fernando Lastra señaló ayer que "las empresas están en esta dinámica y sus técnicos están trabajando con el objetivo contemplado en el plan" de calidad del aire de la aglomeración de Gijón, que prevé modificar las autorizaciones ambientales de la industria para que sus emisiones estén en la franja media a baja de los límites permitidos por la legislación. Actualmente el Principado está pendiente de recibir las alegaciones de Arcelor, EdP y Tudela Veguín a las nuevas autorizaciones ambientales que elabora.

Fernando Lastra participó ayer en un coloquio sobre la contaminación atmosférica junto a la alcaldesa de la ciudad, Carmen Moriyón y el edil de Xixón sí Puede, David Alonso. Los tres intervinientes pusieron el foco en la actividad industrial como principal factor en los niveles de contaminación de la zona oeste de Gijón por partículas en suspensión. Lastra apuntó que en el oeste del concejo "es la industria, los procesos siderúrgicos y otros relacionados con la combustión" los responsables de la mayor parte de la contaminación ambiental. Respecto al origen de la contaminación apuntó que "la fuente emisora se llama sínter", apuntando las medidas previstas para su solución. También opinó que no hay dilema entre medio ambiente y empleo, sino que se trata de que las industrias produzcan con las mejores técnicas disponibles. Moriyón también recordó que el plan de calidad del aire del Principado "se refiere al enorme peso que la industria tiene en la zona oeste de Gijón y se refiere a Arcelor", mientras que David Alonso apuntó que "el foco está en las industrias, aunque el tema de la movilidad también es capital".

Lauredal

Respecto al conjunto de la ciudad, el consejero destacó que "todos los contaminantes que se miden en la red oficial están por debajo de los niveles límites legales", afirmación a la que la Alcaldesa contrapuso la realidad que viven los vecinos de El Lauredal, donde una unidad móvil de control de la contaminación instalada por el Ayuntamiento registró 67 días con mala calidad del aire el año pasado y 23 en lo que va de año. Moriyón concedió que había mejorado la situación en el conjunto de Gijón en los últimos años, pero "los vecinos de la zona oeste no lo perciben en su vida cotidiana". Esa unidad móvil del Ayuntamiento no pertenece a la red oficial. Alonso resaltó que el Principado ya sabía con antelación del problema de El Lauredal, dado que en 2015 estacionó allí su unidad móvil 5 meses.

La contaminación provocada por el tráfico y las medidas para mejorar la movilidad en Gijón, con un plan que está elaborando el Ayuntamiento, también se abordaron en la charla, en la que la Alcaldesa recordó que el peso del tráfico como factor contaminante es mayor en el este de la ciudad.

Otros de los aspectos que se repasaron en el coloquio fueron los efectos de la polución sobre la salud. David Alonso recordó un estudio de la Consejería de Salud del Principado que relaciona contaminación con enfermedades y mortalidad y dijo que las PM 10 están consideradas "cancerígenos de tipo 1, como el amianto, el plutonio o el tabaco".

Moriyón resaltó que "nos recomiendan no sobrepasar más de 35 días al año" los niveles permitidos de contaminación "pero nadie te garantiza que ese sea el nivel para estar a salvo; que nadie piense que si cumplimos estamos a salvo". Fernando Lastra, por su parte, apuntó que "la relación entre contaminación y salud es pertinente", pero que "en España no estamos peor que otros países europeos, que tienen casi todos medias más altas que nosotros" de mortalidad vinculada a polución.