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El dióxido de nitrógeno, ligado al tráfico, el contaminante más dañino a corto plazo, a pesar de que no se supera el límite legal

La Consejería de Salud del Principado ya elaboró en 2016 un primer informe de vigilancia epidemiológica, que es una de las medidas previstas en el plan de calidad del aire de la aglomeración de Gijón, en el que se analizaban los ingresos hospitalarios y las consultas en centros de salud por enfermedades vasculares y respiratorias con el nivel de contaminación. Aquel informe relacionó los aumentos en PM 10, dióxido de nitrógeno y dióxido de azufre con los ingresos hospitalarios por esas afecciones, en un estudio que abarcó los años 2003 a 2015.

Ahora Sanidad está ampliando el análisis de los datos recogidos en ese periodo, con un segundo informe que concluirá después del verano y cuyos primeros análisis presentó en la última reunión del Plan de Calidad del Aire. En ese informe se relacionan los incrementos de contaminantes en la atmósfera con 12 enfermedades circulatorias y respiratorias.

En ese primer análisis se establece un paralelismo entre incrementos de PM 10, dióxido de nitrógeno y dióxido de azufre con ingresos por cardiopatía isquémica (infarto de miocardio y angina de pecho), accidentes cerebrovasculares mal definidos y disritmia cardiaca, además de los ingresos por seis enfermedades respiratorias: Epoc, asma, infección respiratoria, neumonía, bronquitis y bronquiolitis y bronquitis crónica. Los estudios del Principado coinciden con los resultados de estudios científicos de otras partes del mundo.

El incremento de ingresos hospitalarios por elevada contaminación es más elevado en casos de enfermedades respiratorias que en las vasculares. Entre los contaminantes, el que tiene un efecto más dañino a corto plazo es el dióxido de nitrógeno, gas originado en todos los procesos de combustión, especialmente en el tráfico rodado. El aumento de este contaminante provoca mayores ingresos hospitalarios por enfermedades respiratorias, en especial por agravamiento de Epoc y enfermedades respiratorias, que las PM 10. Y ello es así a pesar de que en Asturias no se superan los límites legales de contaminación por dióxido de nitrógeno.

Si a corto plazo el contaminante más dañino para la salud es el dióxido de nitrógeno, a largo plazo es relevante la incidencia de las PM 10 y PM 2,5, partículas que penetran en el riego sanguíneo a través de los pulmones y que acaban acumulándose en el organismo. Esos efectos a largo plazo no se analizan en los estudios que elabora el Principado.

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