En el hospital MossRehab de Filadelfia (Estados Unidos), los robots no son ciencia ficción. El director del departamento de Medicina Física y Rehabilitación del centro sanitario, Alberto Esquenazi, se encargó de explicar en la charla inaugural del congreso cómo su equipo ya utiliza exoesqueletos para tratar a enfermos severos de ictus. Y los resultados, por ahora, son asombrosos. No sólo se aprecia un avance en los pacientes -también sucede con el método manual-, sino que requiere menos personal y aumenta la duración de los entrenamientos. Su sueño, dijo en Gijón, es que "la rehabilitación llegue a las casas". Para conseguirlo, su departamento ya trabaja incluso en la aplicación de la realidad virtual.

Esquenazi, que pronunció la ponencia "Rehabilitación temprana asistida por robots en ictus", detalló que el ictus genera principalmente "un deterioro funcional persistente de la extremidad superior así como déficits de marcha". En esto último ayudan los exoesqueletos, que incrementan la duración de los entrenamientos a 60 minutos, mientras que manualmente se quedan en 10 o 15. Además, necesita menos personal y los técnicos no corren el riesgo de lesionarse.