Un estudiante de 25 años alquiló un chalé en La Pedrera para desarrollar allí una plantación de marihuana. Aseguró ante el juez, después de que le interviniesen 113 plantas y una amplia infraestructura para el cultivo, que la mercancía aprehendida estaba destinada al consumo propio. Un argumento que no ha visto creíble el titular del Juzgado de lo Penal número 1 de Gijón, que le ha condenado a dos años de cárcel por un delito contra la salud pública y al pago de 6.000 euros de multa. El joven, que responde a las iniciales F. D. G., ha salido absuelto del delito de daños que le atribuía la dueña de la casa.

La investigación se inició por casualidad, después de que la propietaria del inmueble dejase de recibir la mensualidad acordada, de 750 euros, por el alquiler y de que su inquilino no respondiese a las llamadas. Acudió con la Guardia Civil ante el temor de que le hubiese pasado algo y llamaron a la puerta. El ahora condenado no estaba pero sí que las ventanas del chalé estaban abiertas. Además del fuerte olor a marihuana todos pudieron ver desde fuera la plantación. Es por ello que se solicitó una orden judicial y se procedió a desmantelar el cultivo de este joven así como herramientas útiles para la preparación de la marihuana.

En el juicio, celebrado a finales de abril, el joven alegó que era "consumidor habitual" de esta sustancia y que solía consumir dos gramos diarios. Una explicación que los investigadores de la Benemérita consideraron prácticamente inverosímil. "Era una plantación enorme, supondría un consumo descomunal para una persona sola", declaró uno de los agentes.

"Negocio en expansión"

Además de las plantas de marihuana -990 gramos - que había en la vivienda se encontraron 186 sacos de tierra para transplantar, 180 macetas sin usar, 20 transformadores eléctricos, 21 lámparas de calor, fertilizantes líquidos (nueve botellas) y de tierra (50 kilos), siete ventiladores, seis pipetas gota a gota, dos extractores de aire, dos trituradoras de marihuana, dos básculas de precisión. Es por ello que otro de los agentes de la Guardia Civil, que también participó en el registro del inmueble, describió que el negocio "estaba en plan de expansión, planto todo lo que pudo para ampliar la plantación; era una instalación muy bien hecha".