Es tal el cariño que le profesaban quienes convivían con él o al menos le veían día a día que aún a día de hoy, una semana después de su muerte, en Gijón continúa repitiéndose los homenajes al mendigo Chema, el hombre que solía pedir en la puerta del supermercado Familia de la calle Uría y al que muchos recuerdan poniendo velas y flores en el lugar en el que le encontraban.

"Se empezó a encontrar mal y lo llevaron al hospital pero no pudieron hacer nada por él", señaló una testigo de los hechos poco después del fallecimiento de Chema. El hombre acudía cada día a la puerta del supermercado y su ausencia no será fácil de olvidar para quienes lo veían a diario, también en la esquina de Corrida con Zarracina. Muchas personas se paraban a hablar con Chema, un hombre siempre amable y muy simpático que se hizo querer por casi todo el barrio de La Arena. De hecho, era frecuente que incluso algunas vecinas de la zona lo invitaran a desayunar en algún bar, y siempre tuvo una palabra amable para todos los que se interesaban por su vida.

La perra que acompañaba cada día al mendigo ya tiene nueva casa tal y como te contamos hace días.