La profesora apartada del colegio San Miguel de Gijóndefiende a capa y espada que no mantuvo una relación con un alumno menor, de 15 años, del centro y que en ningún caso mantuvo actitud para buscarla. Esta docente, con una trayectoria de una década en este colegio concertado del barrio de Pumarín sin mancha en su expediente, critica la actitud del centro y asegura estar totalmente superada por el hecho de que su situación trascendiese.

"No hay otra versión: es la que es... No soy culpable de nada y el colegio sólo busca salvaguardar su imagen", afirma con rotundidad esta joven profesora, que asegura que le está costando un mundo reaccionar ante el tsunami que se le ha venido encima. "Ni sé, ni quiero hacer esto", reconoce.

De hecho, explica que "estoy siendo asesorada por mi familia y por profesionales (legalistas, jurídicos y sanitarios) para salir de esta situación que yo ni he provocado, ni he buscado, y de la cual no estoy capacitada para salir sola, pero de la que necesito salir cuanto antes".

Testimonios enfrentados con el entorno del menor

Desde un principio, cuando el centro empezó a investigar los hechos apartando de la docencia a la profesional educativa, hubo profundas contradicciones entre el testimonio de la profesora y la del menor implicado, un alumno de 4º de ESO.

Unas contradicciones que se mantienen, toda vez que desde el entorno del menor implicado en el escándalo que sacude el colegio San Miguel insisten en que hubo relación entre la profesora y el alumno.

Por su parte, la Policía Nacional, tras un primer análisis de pruebas, no ha visto indicios que indiquen la existencia de un delito penal, algo que supondría cualquier tipo de relación de índole sexual entre la profesora y el alumno, toda vez que éste tiene menos de 16 años.