La ansiedad es una emoción que todos los seres humanos tenemos ante ciertas situaciones de alarma que nos pone en alerta frente a posibles peligros presentes en el entorno y nos prepara para emitir una conducta adecuada.
Es adaptativa, no podemos vivir sin ella, el problema se presenta cuando nos encontramos ante una respuesta de intensidad y frecuencia desproporcionada a la realidad. Ésta desencadena múltiples síntomas tanto físicos como psicológicos.
Se manifiesta de una manera diferente dependiendo de la edad en la que nos encontremos.
En las primeras etapas de la infancia se presenta con:
-Inquietud motriz
-Llanto sin razón.
-Pérdida de apetito.
-Dificultades en el sueño.
-Negativa a separarse de los padres.
-Dolores abdominales.
-Cefaleas.
-Miedos excesivos.
En niños más mayores y adolescentes se puede presentar de una manera ligeramente diferente:
-Angustia
-Dolor torácico
-Obsesiones.
-Dificultades de concentración, atención y memoria.
-Temores excesivos
-Pérdida o incremento del apetito.
-Deja de realizar actividades que eran placenteras para él o ella.
Si identificamos cualquiera de estas señales es necesario acudir a la consulta de un especialista para la correcta evaluación de los síntomas y realizar la intervención adecuada para conseguir disminuir la intensidad y la frecuencia de los mismos y prevenir la aparición de complicaciones futuras.
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