"Yo la quería", aseguró esta mañana el gijonés Celestino G. V., el único acusado por la muerte de su pareja, Silvia Hernández, de 34 años, en el domicilio que ambos compartían en Roces en 2016. El procesado, custodiado por dos agentes de la policía, siguió el desarrollo de esta primera sesión tranquilo y cabizbajo mientras todas las partes intervinientes en el proceso que le acusan -Fiscalía, acusación particular y popular y Abogacía del Estado- exponían los hechos desde su percepción. Luego, el abogado defensor, aseguró que demostrará a lo largo del juicio que su cliente no tuvo ningún responsabilidad en la muerte de Silvia Hernández.

Celestino G. V. sostuvo que trató de evitar que Silvia se cortase las venas con un cuchillo, "como ya había intentado más veces", y que al tratar de quitarle el arma ambos se fueron al suelo. Ahí se produjo un pinchazo en el lado izquierdo del abdomen de Silvia Hernández, que también sufrió un corte en la mano. "Intenté que fuésemos al médico a que la viesen, pero ella no quiso", aseguró el acusado, al que Fiscalía pide 22 años de cárcel.

Denuncias y condenas por malos tratos

Según el relato del Ministerio Fiscal, Silvia Hernández, que tenía reconocido un grado de discapacidad psíquica del 70%, se quedó tendida en la cama durante todo el día 13 de marzo, sin poder levantarse y agonizando por las heridas causadas con el cuchillo. No fue hasta el día siguiente cuando el acusado llamó, a las 6 de la mañana, al servicio de emergencia, el 112, para informar que se había despertado junto a su pareja y ésta no se movía. Los sanitarios que acudieron hasta el domicilio de la calle Carpinteros solo pudieron certificar la muerte de la mujer mientras que los agentes detuvieron a su pareja.

Víctima y presunto homicida iniciaron una relación sentimental en 2012 que desde entonces estuvo cargada de discusiones, malos tratos, dos intentos de estrangulamiento, denuncias mutuas y hasta tres órdenes de alejamiento dictadas por el juzgado, incumplidas todas ellas por ambas partes. La Policía Nacional intervino en cinco ocasiones y siempre por denuncias de los vecinos. Entre ella y él sumaban trece detenciones por peleas domésticas de diversa índole hasta la última riña que acabó en tragediaSilvia Hernández falleció a consecuencia de una hemorragia interna causada por la agresión con arma blanca. Antes, al comienzo de la discusión y según fuentes familiares, la víctima llamó a su abuela para pedir auxilio porque "la estaba pegando".

Prisión permanente revisable

En este procedimiento son partes, además de defensa y Fiscalía, la acusación particular, ejercida por los padres y abuelos de la fallecida. En su caso y de forma inicial, consideran los hechos constitutivos de un delito de asesinato por el que solicitan que se aplique la Prisión permanente revisable. Es la misma condena que solicita acusación popular que ejerce la Asociación de Abogadas para la Igualdad. En ambos casos exigen 80.000 euros de indemnización para cada uno de sus padres y otros 6.000 euros para la abuela de la víctima. Por último, la Abogacía del Estado ve los hechos como un delito de homicidio y su petición de pena privativa de libertad es de 22 años de cárcel.

"Abuelita, me va a matar"

El relato más contundente ayer fue el de la abuela de la víctima, que declaró tras un biombo. "Abuelita, me va a matar", relató ante el jurado tras indicar que más de una vez había escuchado al acusado decir a su nieta "hija de puta, te voy a matar". Incluso que vio a Silvia con lesiones que justificaba con excausas.

El día de autos recibió dos llamadas de su nieta, en la última Silvia le aseguró que "temía por su vida". Por ello, su abuela la animó a llamar un taxi y salir de casa casa, pero la llamada se cortó y no volvió a tener noticias de su nieta.

El juicio se prolongará durante toda la semana en la sección octava con la declaración de testigos, agentes y peritos. Después, el jurado popular deberá pronunciarse sobre la muerte de la gijonesa Silvia Hernández.