El perfil de las necesidades cambia, y lo hacen también quienes llegan al Albergue Covadonga pidiendo ayuda. El presidente del Patronato del Albergue, Lorenzo Mariñas, puso ayer de relieve una situación que por momentos desborda al establecimiento y para la que no hay una explicación certera: la presencia cada vez más habitual de familias con niños; muchas veces familias monomarentales. "Simplemente creemos que esta necesidad siempre ha estado ahí, y ahora que hay un recurso para atenderla, llega la gente que antes quizás no venía", reflexiona Mariñas.

El caso es que el espacio de que dispone el Albergue para este fin, un módulo específico con capacidad para dos familias, ampliable a una tercera unidad familiar si se suma el espacio de una sala polivalente, se les queda pequeño a menudo. Porque "aunque tenemos capacidad para tres familias, la semana pasada tuvimos seis", explica Mariñas, quien señala junto con la directora de la Fundación del Albergue, Cristina Avella, que siempre se da cabida a todo el mundo en situación de emergencia, aunque sea recolocándolos en otros espacios.

Pero ante la avalancha de este tipo de situaciones, los responsables del establecimiento se plantean una reforma del módulo familiar para contar con más espacio y que estas dependencias estén lo mejor equipadas posible para atender a sus usuarios. "Queremos crear una pequeña cocina y un comedor independiente para que estas familias tengan la mayor privacidad y comodidad", razona Mariñas, consciente de que "no podemos mezclar a los niños con el resto de los usuarios".

Las familias que atiende el Albergue llegan en situaciones de emergencia, en las que debido a la circunstancia que sea se han quedado sin un techo en el que vivir, o porque llegan de otros países en busca de un lugar en el que residir. Así, el tiempo máximo de estancia en el Albergue, antes de su derivación a otros recursos de la Red de Inclusión Activa, debería ser de quince días. Pero ese plazo casi nunca se cumple porque "en realidad es muy corto", explica Cristina Avella.

La presencia de familias con niños pequeños, muchas veces a cargo sólo de la madre, no es una situación nueva. En el año 2013 se habilitó en Gijón un alojamiento temporal de urgencia para familias que el año pasado estuvo al cien por ciento de su capacidad, y las unidades de trabajo social aseguran que son casos "que no está siendo posible atender", aun cuando se trata de un perfil de especial vulnerabilidad, con madres solas y gran parte de los niños atendidos en edades entre los cero y los cinco años.

La consejera de Bienestar Social Pilar Varela, se comprometió ayer a estudiar un aumento de las ayudas para estos perfiles. "Somos conscientes de esta situación", garantizó.

El Albergue formalizó ayer con la Fundación Bancaria Caja de Ahorros de Asturias el convenio de colaboración por el que se renueva el apoyo económico de la fundación bancaria a los programas de acogida y asistencia que desarrolla el establecimiento, dotado con 10.000 euros.