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Lluis Antón González: "Sería guapo que 'Telón de Fondo' cumpliera el medio siglo"

La compañía gijonesa, la más veterana de la escena asturiana, celebra sus cuarenta y cinco años con un libro que documenta su compromiso cultural

Lluis Antón González: "Sería guapo que 'Telón de Fondo' cumpliera el medio siglo" MARCOS LEÓN

La historia de "Telón de Fondo" es también, en buena medida, la de la cultura asturiana y en asturiano desde el tardofranquismo hasta hoy mismo. Un relato de resistencia y compromiso, de fidelidad y continuidad, de memoria y renovación. El grupo gijonés cumple cuarenta y cinco años de existencia, una cifra que le convierte en el de más larga trayectoria de la escena del Principado. Es cierto que la Compañía Asturiana de Comedias es centenaria, posiblemente la más veterana de España, pero sumadas sus dos épocas: la anterior a la Guerra Cicil y la que transcurre desde 1982, cuando Eladio Sánchez refunda la agrupación, hasta nuestros días. "Telón de Fondo" nació nueve años antes, en 1973, cuando la vía abierta por Salvador Allende hacia un socialismo democrático, fue liquidada con tiro en la sien por el felón golpista Augusto Pinochet.

"Telón de Fondo", grupo por el que han pasado unas cien personas en estos cuarenta y cinco años, nació como compañía teatral de Ensidesa. El franquismo alimentó con una subrayada obsesión programática el deseo y la intención de controlar, de alguna manera, las manifestaciones culturales de los españoles. Muchas empresas estatales apoyaban en este sentido, y dentro de un orden, las más diversas actividades: el teatro o el ajedrez, la música coral o el montañismo. Intersticios, grietas que aprovechaban a veces los más pertinaces y entristas opositores para hacer, precisamente, una cultura que trataba de apuntar hacia las muchas contradicciones de la dictadura.

Es el contexto del origen de "Telón de Fondo". Lo raro es que una compañía teatral gestada en aquellas circunstancias haya sobrevivido al óbito del general, la Transición y todo lo que vino después, incluidas las crisis económicas e ideológicas que marcan esas cuatro décadas y media. "Sería guapo que pudiéramos cumplir el medio siglo", afirma Lluis Antón González. Es uno de los nombres más reconocibles de este grupo que ha montado numerosas obras y decenas de espectáculos de calle y animación. Hay más, como Rosabel Berrocal o Xulio Vigil, dos de los fundadores. Vigil y Lluis Antón tienen previsto presentar hoy, en el Ateneo Obrero, el libro "Una maleta enllena recortes". La publicación, que lleva una hermosa portada de Helena Toraño, es obra del segundo y reúne textos, fotos, reseñas, que dan cuenta de una ininterrumpida apuesta por el teatro, la cultura y la lengua asturiana.

"Bueno, el teatro es un arte efímero del que quedan los textos y nada más, salvo esa maleta con las críticas e informaciones que recopilamos aquí", explica Lluis Antón. Cierto, pero la fuerza de ese trabajo desde el presente, como dice el actor, se prolonga a veces en el tiempo como un eco. Es el caso de "Telón de Fondo", laboratorio escénico de dos o tres generaciones de teatreros asturianos.

¿Cómo han logrado mantenerse a flote tanto tiempo y eludir el naufragio, a diferencia de otros recordadas compañías históricas asturianas? "Por la cabezonería, la capacidad de ir adaptándonos a las circunstancias y de capear el temporal", responde Lluis Antón. Éste ingresó en la compañía en 1985, el año en que "Telón de Fondo" quedó desvinculado de Ensidesa. "Nosotros hemos pensado siempre que el teatro, al igual que decía Celaya de la poesía, es un arma que sirve para cambiar la sociedad", añade.

Pero la trayectoria de "Telón de Fondo" no se explica bien sin subrayar el "giro asturianista" que la compañía empezó a hacer suyo a partir de mediados de los años setenta, cuando surge Conceyu Bable y "Asturias Semanal" acoge una cierta reflexión sobre la cultura asturiana. La compañía incluye entonces como base programática, no sin debate interno, el planteamiento de la "modernización del teatro asturiano". Nada que ver con las lindes de la escena costumbrista. Montan así "El triquimundiu", con textos de autores en asturiano. En 1978 suben a las tablas su última pieza en castellano: nada menos que Tennessee Williams, "El más extraño idilio". Lluis Antón recuerda que, desde entonces, han laborado por un nuevo teatro en asturiano que pasa por una mirada universal desde lo propio. Han mezclado a Ánxelu con Valle-Inclán. Y han ido de Chéjov (una querencia de Lluis Antón, a quien la TV mexicana ha llegado a sacar como si fuera la vera efigie del autor de "Tío Vania") a Ernesto Caballero. "Creo que hemos sido un grupo coherente", afirma.

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