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La izquierda se juega su credibilidad en Gijón

Parte del electorado del PSOE, IU y Xixón Sí Puede difícilmente perdonará que la moción contra Foro embarranque en una mera pelea por la Alcaldía

Por la izquierda, Mario Suárez del Fueyo, José María Pérez y Aurelio Martín, en una foto de archivo. ÁNGEL GONZÁLEZ

A Aurelio Martín, portavoz municipal con educación gramsciana mamada en la UJCE de la Transición -hay ahí una coincidencia biográfica con el socialista José Luis Ábalos-, tal ve le vino a la memoria aquel verso virgiliano de "La Eneida" cuando vio triunfar a Pedro Sánchez en el Congreso de los Diputados. Una imagen para el análisis. Mientras, Rajoy se consolaba con algunos de los suyos frente a un solomillo y sucesivos espirituosos -eso escriben- en el restaurante Arahy. En efecto, la fortuna sonríe a los que se atreven. Así que sólo necesitó cuarenta y ocho horas para pergeñar la moción de censura contra el Gobierno de Foro que preside en minoría (ocho de los veintisiete concejales de la Corporación) Carmen Moriyón. La iniciativa que nos ha tenido ocupados la última semana se condesa en veinte líneas que entiende hasta el más lerdo: "Esta nueva etapa y la esperanza de cambio no pueden quedarse en Madrid: deben llegar a todos los rincones del país, incluida nuestra ciudad". O sea, el Gijón en el que la izquierda de los quince ediles (mayoría absoluta) ha dejado la rienda municipal a la derecha forista durante los últimos tres años.

Más allá de la audacia tardía de Martín (IU tiene dos representantes, por siete el PSOE y seis Xixón Sí Puede), una parte de los votantes de izquierdas de la mayor ciudad asturiana sigue sin entender por qué se ha dejado gobernar tanto tiempo a la persona que es hoy el mayor activo electoral de Cascos. A Carmen Moriyón, a quien le están preparando el cartel autonómico previa laminación de Cristina Coto, hay que reconocerle al menos una valiosa virtud política: su capacidad para sobrevivir con casi todo en contra, desde sus fuerzas insuficientes hasta el informe de gestión. Parece ser que la vieja Noega es diferente a Oviedo, Madrid o Cádiz, por dar sólo tres ejemplos de urbes con pactos progresistas.

"Audentis fortuna iuve", sin duda. Aunque en el movimiento de Martín, político de larga trayectoria que llegó a dudar de la utilidad de la moción si se dejaba correr demasiado el calendario, hay algo más que rebufo por la brillante operación de Sánchez. El Plan Económico Financiero del Gobierno de Moriyón, del que según la izquierda se derivarán drásticos recortes sociales, y los despropósitos a los que hemos asistido estos días por la situación del arenal de San Lorenzo no han hecho más que cargar de munición a quienes quieren hacer valer la mayoría municipal que tiene la izquierda. Hasta ahora no ha ejercido como tal, pero eso no quiere decir que no lo pueda hacer en lo que resta de mandato.

Por lo que sabemos, tanto Izquierda Unida como los socialistas apoyan abiertamente el órdago. La posición de Martín y la de José María Pérez, portavoz socialista, ha quedado manifiestamente clara. Este último justificaba la iniciativa en la entrevista que publicó ayer LA NUEVA ESPAÑA. Y tienen, además, el respaldo de sus direcciones regionales. Ramón Argüelles, coordinador de IU de Asturias, ha bendecido la propuesta de su correligionario. Y el secretario general de la FSA dio el pasado sábado en Villaviciosa su aval al desalojo de Foro. Adrián Barbón deslizó, además, que Xixón Sí Puede -la marca local de Podemos- estará obligado a justificar su posición si finalmente opta por dejar todo más o menos igual.

Las palabras de Barbón, con quien contendió José María Pérez por la dirección de la FSA, son de la mayor importancia. Por dos razones: los socialistas volverían después de una travesía de siete años a un gobierno crucial en el mapa municipal asturiano; el líder sanchista en el Principado se atraería a destacados militantes que hasta ayer eran adversarios internos. De ahí que el focalizado intento de hacer naufragar a José María Pérez (puso su cargo a disposición del PSOE) a cuenta de las primarias de 2019 quedara casi inmediatamente desautorizado. Con su inequívoca posición, Ramón Argüelles ha demostrado, asimismo, que la moción gijonesa se inscribe en un plano política distinto al del pulso que libran llamazaristas y garzonistas partidarios de la confluencia con Podemos.

Alineados el PSOE e IU con la tesis de la necesidad de remover el Gobierno de Foro, la clave está en lo que decida Xixón Sí Puede. La ley obliga a que al menos catorce concejales firmen la moción. Habrá que esperar a su debate y proceso interno. Pugnan por la secretaría general Mario Suárez del Fueyo, portavoz municipal y actual líder de la organización, y la concejala Verónica Rodríguez. Foro ha tomado en ocasiones del oxígeno de Xixón Sí Puede (las abstenciones cuentan) para prolongar su ejercicio de funambulismo y evitar darse de bruces con su minoría.

Habrá que esperar, pues, para saber si la iniciativa prospera y Foro va a la oposición junto al PP y Ciudadanos. Han empezado las apuestas. Lo cierto es que los tres grupos de la izquierda necesitan por distintos motivos enmendarse ante su electorado. Ofrecieron en los últimos comicios locales un cambio, vistos los resultados del primer mandato de Foro, pero lo cierto es que han dado a Moriyón una prórroga de tres años más y un billete quizás para la Junta General. La izquierda se equivocará si vuelve a poner como cuestión clave de esa moción quién ocupará la Alcaldía. El sentido común suele ser buen consejero en estos asuntos. El PSOE, Xixón Sí Puede e IU se juegan más de lo que pudiera parecer inicialmente: su credibilidad e inteligencia para el pacto cuando todo indica que, al menos en Gijón, ningún partido va ya sobrado.

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