Las nuevas herramientas digitales son un arma de doble filo, y como tal tienen anverso y reverso en el mundo editorial. Sobre ello reflexionó ayer Manuel Rico, presidente de la Asociación Colegial de Escritores de España, en una charla titulada "Escribir y publicar en la sociedad del siglo XXI", con una doble reflexión: "son una gran ayuda para el autor, pero también llevan aparejada la piratería".
En este sentido Rico sostuvo cómo con la llegada de la autoedición, las plataformas online y la venta por internet se ha producido una profunda revolución que permite que haya autores que han triunfado sin vender un solo ejemplar en librerías. A cambio "en estos momentos hay una idea de la cultura para todos y eso supone cientos de millones de euros que pierden los autores en su conjunto, porque a través de la red hay mucha gente que se descarga libros sin penalización, sin una actuación firme de la administración del Estado como en otros países", denunció Rico. Por ello, llama a "que haya instrumentos administrativos que permitan cerrar una web de forma cautelar con opción a recurso judicial y no al revés, como ocurre ahora: primero hay que denunciar y se puede pasar años hasta que el juez dictamina, en ese tiempo se sigue pirateando y, muchas veces, cuando llega la sentencia la página ya ni existe", explicó.
Adaptarse a los nuevos tiempos
Del mismo modo, llamó a editoriales y librerías a adaptarse a los nuevos tiempos en un momento en el que, curiosamente, "están proliferando muchas pequeñas editoriales que cubren un espacio con la literatura de calidad, que cuidan y miman al autor". Y lo mismo sucede en el mundo de los libros infantiles en el que también se está dando un proceso inverso. "Es un sector al alza, curiosamente, con muchos niños y chavales que se crían con las pantallas, pero que están interesados en el libro en papel, y eso es una garantía para el futuro", reflexionó Manuel Rico.
Y en cuanto a las librerías "también deben adaptarse, convirtiéndose en pequeños focos de cultura, con tertulias y presentaciones de libros", indicó, convencido de que "se conservarán en el futuro, pero es fundamental para ello que las administraciones contribuyan a través de subvenciones y apoyos decididos a su modernización".
