La triste noticia de la muerte de Santos Blanco, antiguo integrante del grupo Locomia, en un albergue de Gijón devolvió su nombre a la actualidad tras muchos años en el anonimato. Muchas incógnitas rodean sus últimos años pero lo cierto es que Santos Blanco fue un pilar muy importante en el grupo Locomia, que alcanzó grandes cotas de popularidad y se convirtió en todo un icono pop sobre todo entre el público LGTB.

Santos Blanco contaba en una entrevista que empezó a estudiar ballet clásico y danza moderna a los once años. Antes de entrar en Locomía, de hecho, era bailarín profesional por lo que su opinión era muy tenida en cuenta por el resto de compañeros cuando diseñaban las coreografías. "Es el que más aportaba en ese campo", explicaron sus compañeros en esta entrevista.

El paso de Santos por Locomía fue breve pero intenso, ya que en 1993 la banda entraría en una crisis con su mánager, que demandó los derechos sobre la agrupación. Un litigio que terminó en la disolución de la agrupación, aunque más tarde volvería a juntarse con otros integrantes y en la actualidad está en activo con una filosofía similar a la de sus mejores años.

Pero aquel rubio dejó huella. "Lo que transmiten los fans es que era un ángel, con mirada de ángel; un bellezón, una persona muy dedicada a su trabajo y que lo vivía con mucha pasión", asegura Jordi Tarrés, actual representante de "Locomía".

Tras terminar con Locomia, según apuntan desde el actual grupo, se desvinculó del mundo de la música y el baile. También aseguran que estuvo dedicado a la rama sanitaria. Hay muchas incógnitas respecto a su vida tras el estrellato, pero lo único indudable es que el gran bailarín de Locomia, el rubio que fue la guinda de la etapa de mayor apogeo del grupo en España y Latinoamérica, falleció a los 46 años, olvidado y en la penuria, en el Albergue de Covadonga de Gijón, rodeado de transeúntes y mendigos.

Nadie le reconoció

Al parecer Blanco tenía previsto quedarse una semana en el Albergue Covadonga de Gijón. El tiempo máximo de estancia. Nadie le había reconocido y las instalaciones municipales de Gijón podían ser un buen punto de partida de ese nuevo principio que necesitaba para su carrera. En lo musical o lejos de los focos. Actualmente aunque se cree que llevaba varios días vagando por la ciudad nadie le había reconocido. Ni sus compañeros ni los trabajadores de Servicios Sociales.