Los organizadores de la fiesta de Cabueñes valoran de forma muy positiva el nuevo sistema de vallado y control de acceso implantado en la verbena. Una posibilidad aportada por el Consistorio para evitar el "botellón" en las romerías estivales, un mal que amenaza con acabar con ellas.

"Salió todo muy bien, todo en orden", enfatizó Ignacio Moro, organizador de la verbena. Fueron los controladores de acceso colocados en las entradas al recinto vallado quienes informaban, "de forma muy educada y profesional", de que la gente no podía entrar con bolsas para hacer "botellón", una medida que "la gente entendió muy bien, nadie puso ningún problema".

No obstante, aquellos que acudieron a la fiesta con sus bebidas a cuestas, no se limitaron a tirarlas antes de acceder al recinto, sino que se trasladaron al cercano campus de la Escuela Politécnica de Ingeniería, para consumir las bebidas alcohólicas, dejando el césped y el aparcamiento de las inmediaciones del edificio de la Escuela de Marina sembrados de desperdicios, esencialmente bolsas y botellas de plástico y cristal.

Los nuevos controles realizados sí ayudaron a que no hubiera "ningún tipo de incidente, sin borracheras ni comas etílicos, no fue necesario que la ambulancia trasladase a nadie", como ocurriera en años anteriores. Y eso que, como aseguró Moro, "el prau estuvo lleno, la gente se olvidó de todo lo que llovió durante el día y se animó a subir a la fiesta".