La historia se vuelve a repetir, y lleva pasando durante varios años. El entorno de la playa de Estaño tiene características especiales o cualidades mágicas, deben pensar algunos creyentes en la santería o ritos similares. De ahí las inquietantes estampas que se encuentran, "con preocupante frecuencia", en el arenal de Somió.

Esta semana fue la última escena dantesca vista en el lugar, en el acceso más occidental de la playa, junto a las rocas, como suele ocurrir. En esta ocasión, el extraño cuadro estaba compuesto por dos gallinas decapitadas, dos copas, una botella de cava catalán, una bandeja con restos de cera de velas y un ramo de flores. El jueves algunos bañistas se tropezaron con estos vestigios de lo que se supone que fue un rito de santería. Además, aparecieron pinturas en las rocas.

Quienes practican estos rituales lo hacen con bastante discreción, acercándose seguramente al arenal cuando hay menos posibilidad de tropezarse con otras personas. "La verdad que no hemos visto nada raro, ni gente rara. Aunque casi siempre hay gente por aquí y uno quizás no se fije tanto", señalan desde el bar-terraza situado junto a la playa de la parroquia de Somió.

Pero los rituales existen, como demuestran los restos hallados la pasada semana. En algunos casos, quienes trabajaban en la zona y se tropezaron con la inquietante escena llegaron a avisar a la Guardia Civil. Fuentes de la Comandancia de Gijón aseguran, sin embargo, que no es fácil interpretar si con estas actividades se comete un delito o no. Todo depende de "si la muerte sucede de forma normal o si hubo maltrato animal". En caso de que haya habido un maltrato, "algo que hay que acreditar", podría haber un delito.

Aunque en ningún caso haya un miedo generalizado por estas prácticas, sí hay malestar entre propietarios y vecinos de los apartamentos. "Me gustaría que las autoridades estuvieran un poco más pendientes de esto que están haciendo, ya que es bastante inquietante y no debería permitirse que se hagan estas prácticas en un espacio público; incluso deberían instalar cámaras de seguridad", asegura uno de ellos.

¿Cómo encuadran en este planteamiento las gallinas decapitadas? Depende de si quien practicase el ritual trajo los animales ya muertos o los ejecutó en la zona y, en este segundo caso, de cómo lo haya hecho.

Casos anteriores

La playa de Estaño lleva años siendo foco esotérico, a lo que quizás ayude la intimidad y discreción que proporciona en etapas ajenas al verano o cuando cae el sol. Apenas vive gente en los alrededores más allá de los apartamentos que puedan estar ocupados. En cualquier caso, todo hace indicar que los protagonistas de los ritos huyen de miradas curiosas.

Hay constancia de estos ritos en la zona al menos desde 2012. En septiembre de ese año, la entonces propietaria del bar de la playa se tropezó con una escena dantesca que denunció ante la Guardia Civil: había restos de dos gallinas, sábanas blancas, una bola de hielo y los corazones de las dos aves con sendas velas clavadas.

La misma mujer se tropezó con otros "altares" improvisados en la playa, a veces sin animales sacrificados. Así, en 2013, por ejemplo, apareció una ofrenda con frutas y piedras. "No me dan miedo estas cosas; simplemente las respeto y no las toco", aseguraba. Ella sí vio en alguna ocasión movimientos extraños. "Una vez, al atardecer, vi a una pareja cortando cuernos como de vaca en la playa y tirando los restos al mar. Y, en la cuesta que baja a la arena, una señora con una especie de rosario rezando", contaba entonces.

En noviembre de 2013 un hallazgo similar se produjo en la víspera de Todos los Santos: la ofrenda estaba formada por una gallina viva, una calabaza, una muñeca y flores. En ese mismo mes también se produjo la escena más macabra hasta ahora: una cabra decapitada junto a un tronco puesto de pie.