No todo en las fiestas de Cabueñes fue "botellón" y verbena nocturna. La parroquia gijonesa vivió ayer el día grande de las celebraciones anuales y lo hizo con un día cargado de actividades. Lo llamativo del programa, sumado al buen tiempo que imperó durante todo el día de la jornada dominical, hizo que muchos gijoneses se acercaran al prau de la fiesta para disfrutar de las fiestas de la parroquia. La primera del periodo estival.

A mediodía se celebró una misa en el templo parroquial a la que siguió la ya habitual concentración de coches clásicos populares, en colaboración con el Club Seat 600 de Gijón, que cumplió su vigésimo quinta edición. Uno de los mayores éxitos en cada edición en Cabueñes.

Durante la tarde, el turno fue para los más pequeños con el show del "Payaso Tato", que hizo disfrutar a los niños de la parroquia. Tras ello, tuvo lugar la entrega de premios de los concursos de dibujo y pintura y los campeonatos de llave y del juego de la rana, celebrados durante el fin de semana. No faltó tampoco la ya famosa "pañaruca" en la que la organización de las fiestas lanzan golosinas a los más pequeños, más de un centenar de euros en dulces para disfrute de los niños.

La parte negativa fue, una vez más, la orquesta "Pikante", que no pudieron desquitarse después de que la lluvia obligase a cancelar su actuación en la noche del viernes. Ayer tampoco pudieron tocar en unas fiesta que el año próximo cumplirán 27 años.