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Compañía de teatro «Quiquilimón»

Rosa Garnacho: "Esto es un homenaje a la infancia, nuestro profundo respeto para ellos"

La integrante del grupo teatral, junto a Chus Casado, reivindica el paso de miles de niños por su sala de teatro, que fue semillero de artistas

Rosa Garnacho y Chus Casado, de «Quiquilimón» junto a los portavoces del PP e IU. Ángela Pumariega y Aurelio Martín. | Juan Plaza

Rosa Garnacho y Chus Casado, recién jubilados, se reivindicaron ayer como simples supervivientes de una larga historia sobre las tablas al recoger la medalla de planta de Gijón concedido a la compañía de teatro "Quiquilimón". Un nombre, como recordó Casado, que nació de la historia de la abuela de Aida Corte que llamaba "quiquilimones" a sus cajas de tesoros llenas de juguetes. El tesoro de "Quiquilimón han sido sus espectadores infantiles que han visto sus montajes y pasado por su sala de teatro.

Rosa Garnacho y Chus Casado aterrizaron en Gijón desde Mieres en 1978. Solo un par de años después nacía "Quiquilimón" como un colectivo de animación de calle, que se transformó en empresa en 1990 y que tuvo hasta 2003 una sala de programación. Su historia se repasó en un vídeo acompañado por la canción "De mayor" donde Bunbury confiesa que "de pequeño me enseñaron a querer ser mayor, de mayor voy aprender a ser pequeño".

Una emocionada y tímida Garnacho reconoció la sorpresa de recibir este galardón y lo hizo extensible a Paco Abril "que impulsó la creación inicial y con el resto de los 22 componentes marcó una filosofía que se mantiene", a Daniel Gutiérrez Granda y Miguel Acevedo por "creer en nosotros", al ayuntamiento, al teatro Jovellanos, "a compañeros y compañeros de colectivos teatrales y a todos los profesionales que durante años los acompañaron.

"Chus y yo solo tenemos el mérito de haber estado tantos años al pie del cañón", explicó la artista antes de dejar claro que "esta medalla es un homenaje a los miles de niños, niñas y jóvenes de los que tuvimos la suerte de disfrutar. Nuestro profundo respeto hacia ellos. El conocimiento de la infancia fue el verdadero motor que nos permitió resistir en los momentos en que llegaron las inevitables tormentas. Ellos fueron destinatarios de nuestros esfuerzos y desvelos, pero también de nuestra satisfacción", rememoró Garnacho. Aunque el premio a "Quiquilimón" es también un premio a su esfuerzo por recuperar el Antroxu de Gijón, por su trabajo fuera de las fronteras de Asturias y por ser semillero de otros artistas y profesionales.

Un motivo de orgullo, como explicó Casado en su turno de palabra. "Nuestro viaje a Itaca fue a través del teatro y la animación; quiero recordar las palabras con las que Kavafis comienza su poema: "cuando enfrentes tu viaje a Itaca pide que el camino sea largo y lleno de aventuras y lleno de experiencias".

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