Roma / Varsovia

El prefecto de la Congregación de los Obispos del Vaticano, el cardenal Giovanni Battista Re, aseguró ayer que el Vaticano no sabía nada de las colaboraciones con los servicios secretos comunistas de monseñor Stanislaw Wielgus cuando el pasado 6 de diciembre de 2006 el Papa Benedicto XVI le nombró arzobispo metropolita de Varsovia.

Wielgus renunció el domingo al inicio de su toma de posesión, renuncia aceptada por el Pontífice. La Santa Sede había defendido al purpurado el pasado 21 de diciembre de las acusaciones de colaborar con el KGB.

Ayer un sacerdote polaco, Janusz Bielanski, párroco de la catedral de Cracovia, dimitió también, tras ser igualmente acusado de colaborar con los servicios secretos del antiguo régimen comunista. Bielanski, que ejerció su ministerio parroquial en Cracovia durante más de 30 años, fue un amigo muy querido del difunto Papa Juan Pablo II.

Su dimisión, aceptada por el cardenal Stanislaw Dziwisz, puede ser la antesala de próximas destituciones entre los prelados polacos que colaboraron con la Policía comunista, según los medios de comunicación y analistas polacos.