Bruselas

Los ministros de Exteriores de la UE acordaron ayer imponer sanciones a Irán por su programa nuclear, aunque insistieron en su disposición a negociar con Teherán sobre el control internacional de sus actividades atómicas.

«Las posibilidades no son inmensas» para un acuerdo, «pero estamos abiertos como siempre a una solución negociada», afirmó tras el Consejo de Ministros el responsable de la diplomacia comunitaria, Javier Solana.

Solana y el ministro alemán de Exteriores, Frank-Walter Steinmeier, se reunieron el domingo con el principal negociador iraní, Ali Lariyani, y aunque no recibieron propuestas nuevas, no abandonan un optimismo muy cauto.

«Creo que sería posible tener discusiones más productivas y útiles en el futuro», señaló Solana, quien recalcó que las autoridades iraníes «saben lo que tienen que hacer».

Solana destacó que la UE mantiene su estrategia de dos frentes: puerta abierta a las negociaciones y apoyo a la acción de la ONU, basada en las sanciones.

Steinmeier recalcó, en nombre de la Presidencia de turno de la UE, que no busca «una escalada, sino una solución», y dejó claro que los europeos prefieren que Teherán vuelva a negociar.

El director de la Agencia Internacional para la Energía Atómica (AIEA) Mohamed El Baradei, insistió en su propuesta de suspensión simultánea: que Irán congele su programa de enriquecimiento de uranio de forma paralela a la congelación de las sanciones de la ONU.

Por su parte, Irán moderó el tono de sus respuestas a las exigencias de Occidente respecto a su programa nuclear y dijo estar dispuesto a discutirlo todo, incluido el enriquecimiento de uranio, a lo que hasta ahora se había negado de modo sistemático. El portavoz iraní subrayó que «todas las propuestas pueden ser estudiadas siempre y cuando garanticen los intereses de Irán».