Londres

La Policía paramilitar china mató el jueves a ocho personas tras abrir fuego contra cientos de monjes tibetanos y civiles, informó ayer el diario británico «The Times» en su edición digital. Según el periódico, que cita como fuente a testigos presenciales, los disturbios, que se cobraron también docenas de heridos, estallaron a última hora del día al entrar las autoridades en un monasterio de la provincia china de Sichuan (suroeste del país).

Los inspectores del Gobierno accedieron al edificio, que data del siglo XV y se encuentra en la localidad de Ganzi (suroeste de Sichuan), con el objetivo de confiscar imágenes del Dalai Lama, líder espiritual del Tíbet.

Los funcionarios registraron todas las habitaciones de los monjes y se incautaron también de sus teléfonos móviles. Cuando los inspectores rompieron las fotografías del Dalai Lama y las arrojaron al suelo, un monje de 74 años identificado como Cicheng Danzeng intentó detener un acto considerado por los tibetanos como una profanación. Un empleado del monasterio identificado como Cicheng Pingcuo, de 25 años, hizo lo mismo, y tanto él como el monje fueron detenidos.

Después, los representantes de las autoridades demandaron a los monjes que criticaran al Dalai Lama, y la resistencia de uno de los religiosos, que expresó su reticencia en voz alta, arrastró a sus compañeros a la rebelión. A continuación, los monjes se dirigieron hacia un río cercano, en donde había acampado la Policía paramilitar, y exigieron la liberación de los dos detenidos citados anteriormente. Fue entonces cuando cientos de ciudadanos, enojados por el arresto de Cicheng Danzeng, un monje muy respetado en la zona, se unieron a la marcha al grito de «larga vida al Dalai Lama», «dejad que vuelva el Dalai Lama» y «queremos libertad».