Bagdad

Las autoridades iraquíes impusieron ayer el toque de queda indefinido en la ciudad santa chií de Nayaf, después de que varios desconocidos asesinaran a uno de los principales consejeros del clérigo radical chií Muqtada al Sadr.

Riad al Nuri fue abatido por hombres armados no identificados cerca de su casa, en el barrio de Al Furat, cuando regresaba de las oraciones del viernes, informó un responsable de la oficina de Al Sadr en esta ciudad, Hayder al Jabiri, a la agencia de noticias independiente «Voces de Irak».

«Desconocidos a bordo de un coche sin matrícula dispararon contra Al Nuri, que recibió un tiro en la cabeza», precisó Jabiri. Según informa «Reuters», la hermana del consejero está casada con un hermano de Al Sadr. Tras este asesinato, las autoridades declararon el toque de queda hasta nuevo aviso por motivos de seguridad, según señaló el portavoz de la administración civil de Nayaf, Ahmed Deibal.

Precisamente ayer, poco antes de producirse el asesinato en Nayaf, un miembro del movimiento de Al Sadr había explicado que éste estaba buscando un discurso racional después de que el Gobierno iraquí suspendiera las detenciones de sus miembros.

«El bloque saderista llama a resolver los problemas pacíficamente. Cualquier problema, interno, regional o internacional, nunca se resolverá excepto a través del diálogo y los medios pacíficos», explicó a «Voices of Irak» el jefe de la oficina de Al Sadr en Kerbala, jeque Abdul-Hadi al Muhammadawi.

Tras la muerte de Al Nuri, fue el propio Al Sadr quien culpó a Estados Unidos y al Gobierno iraquí de este hecho. «Ésta es la mano del ocupante y su sucesor que se extiende traicioneramente y agresivamente contra nuestro querido mártir», dijo en un comunicado. «Juro que no olvidaré esta valiosa sangre», agregó. Mientras, decenas de iracundos seguidores de Al Sadr se concentraron en el principal cementerio chií de Nayaf para enterrar a Al Nuri.

Sin embargo, un consejero de Al Sadr, Abdul-Hadi al Mohammedawi, comunicó a quienes lloraban al fallecido que la voluntad del clérigo chií es que sus seguidores estén «tranquilos» y no organicen una «contienda».

El primer ministro iraquí, Nuri al Maliki, condenó el asesinato de Al Nuri y ordenó a las fuerzas de seguridad que lleven a cabo una investigación sobre lo ocurrido y detengan a los autores, informó la televisión estatal Al Iraqia.