Roma

El líder del centro-derecha italiano, Silvio Berlusconi, ha cumplido con los pronósticos para las elecciones italianas celebradas ayer y el domingo, al hacerse con la victoria por mayoría absoluta tanto en el Senado como en la Cámara de Diputados. La opción de centro-izquierda, encabezada por Walter Veltroni, reconoció la derrota en vista de las holgadas diferencias en los resultados oficiales, de más de ocho puntos, cuando el escrutinio había rebasado el 50%.

Veltroni lamentó que la victoria del centro-derecha dependa de una partido secesionista como la Liga Norte, del polémico Umberto Bossi, que previsiblemente tendrá un papel destacado en el nuevo Gobierno. Por su parte, Berlusconi dijo sentirse «emocionado» por el triunfo en las urnas, que lo convertirá, a los 71 años, en presidente del Consejo por tercera vez.

Escrutado el 71 por ciento de los votos al Congreso, la lista de Berlusconi aventajaba anoche en 8,3 puntos a la progresista de Veltroni. La lista -compuesta por el partido de Berlusconi, Pueblo de la Libertad; en coalición con la Liga Norte y el Movimiento para la Autonomía- tenía a esa altura del escrutinio un 46,2 por ciento de los sufragios.

El Partido Demócrata (PD) de Veltroni, que concurrió aliado con Italia de los Valores, de Antonio di Pietro, alcanza un 38,0% de apoyos. La tercera fuerza de la Cámara Baja (de 630 diputados, de los que 12 son elegidos por los italianos en el extranjero) será la democristiana UDC, de Pierferdinando Casini, que consigue el 5,4% de los votos, mientras que la Izquierda-Arco Iris, liderada por el comunista ortodoxo Fausto Bertinotti, se queda en el 3,1 por ciento.

Conforme a lo que establece la ley electoral para la Cámara de Diputados, la lista o partido más votado se lleva la mayoría absoluta y, para acceder al hemiciclo, los partidos que acuden en solitario -caso de la UDC e Izquierda-Arco Iris- tienen que lograr un mínimo del 4 por ciento de los votos. De esta forma, los comunistas quedarían fuera del Parlamento italiano por primera vez en la historia.

En cuanto al escrutinio para el Senado, la lista de Berlusconi aventajaba a la de Veltroni en nueve puntos, con el 91 por ciento escrutado. Mientras que los de Berlusconi habían logrado el 47,1 por ciento de los votos, los de Veltroni se quedaban en el 38,1 por ciento. La democristiana UDC obtenía el 5,7 por ciento, y la Izquierda-Arco Iris de Bertinotti, el 3,2 por ciento. Según la ley electoral, ninguna de estas pequeñas listas tendrá senadores, ya que se requiere un umbral del ocho por ciento.

Tras anunciar su propia victoria, Berlusconi añadió su disposición para un «diálogo con la oposición». El dos veces presidente del Consejo hizo estas declaraciones por teléfono desde su casa de Arcore (Milán) al programa de la RAI «Porta a porta», donde dijo que ya tiene en la mente cuál será su Gobierno, que, aseguró, será estable, ya que durará los cinco años de la legislatura.

El líder conservador, que pasó toda la jornada en su casa con su familia y sus colaboradores más íntimos, se mostró conmovido por el apoyo de los italianos. Aseguró que los próximos cinco años serán decisivos para la modernización del país, dijo que a Italia le esperan años difíciles, y prometió que su Gobierno trabajará para no subir los impuestos.

Il Cavaliere avanzó que ya tiene su Gobierno en la cabeza y dio a entender que en el mismo se integrarán sus aliados Umberto Bossi (Liga Norte) y Gianfranco Fini (Alianza Nacional, posfascista), y que del mismo formarán parte un total de cuatro mujeres.

Antes de las elecciones aseguró que la primera reunión de su gabinete la realizará en Nápoles, para dar apoyo a una ciudad que ha estado en la picota a causa de la crisis de las miles de toneladas de basura sin recoger en sus calles.

Aseguró que uno de los primeros problemas que intentará resolver es la situación de Alitalia, a cuya venta a los franceses se opone. Berlusconi confirmó que Veltroni le llamó para felicitarle y que le agradece ese deseo de «buen trabajo» que le formuló.