Londres

El liderazgo del primer ministro británico, Gordon Brown, se encuentra en el momento más delicado de los diez meses que lleva al frente del poder, cuando restan cuatro días para las elecciones locales, en las que los laboristas podrían perder la vital plaza de Londres, y con sondeos que sitúan al partido a 10 puntos de los conservadores, que, según una encuesta publicada por «The Sunday Telegraph», obtendrían un apoyo del 39 por ciento de celebrarse hoy comicios generales.

Tras una semana determinante debido al conato de revuelta interna por la polémica supresión de la tasa del 10 por ciento, la oficina de Downing Street se ha visto obligada a mediar ante el escándalo generado por la publicación de extractos de las memorias del ex recaudador de fondos de Tony Blair, lord Levy, en las que lamenta la «carencia de liderazgo» del actual dirigente laborista y asegura que su propio antecesor considera que en la cita con las urnas, prevista para 2010, será derrotado por el conservador David Cameron.

Así, aunque el propio Blair desmintió el sábado esta desconfianza -«nunca podrá derrotar a Cameron», habría declarado en numerosas ocasiones, según Levy-, sectores del partido podrían estar ya preparando la sucesión de Brown, y los medios de comunicación hablan abiertamente de «blairistas» detrás de estas acciones dirigidas a erigir un nuevo liderazgo que tendría que hacer frente al paso a la oposición, tras trece años en el poder.