Santa Cruz

El asesor de la ONU para los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) Jeffrey Sachs abogó ayer por un recorte significativo de la producción de biocarburantes y por ayudar a que África produzca su propia comida, como soluciones a la crisis alimentaria mundial.

Sachs aseguró en el Parlamento europeo (PE) que uno de los posibles «remedios» a la carencia de alimentos en el mundo es que los países reduzcan «significativamente» los programas para el fomento de los biocombustibles, ya que «no tienen sentido en un contexto de escasez global» de materias primas agrícolas.

El asesor del secretario general de la ONU para los OMD subrayó que casos concretos como el de EE UU, donde un tercio de la producción de maíz se ha destinado a la obtención de biocombustible, suponen un golpe para el abastecimiento de alimentos en el mundo.

En cuanto a la UE, Sachs admitió que a simple vista el impacto de esos combustibles en la oferta de alimentos es «más moderado», pero advirtió que la expansión de biocarburantes tiene también «efectos en Europa».

En concreto, las importaciones europeas de biodiésel contribuyen a la deforestación y a que en otras partes del mundo estén desapareciendo bosques tropicales para el cultivo de soja destinada a ese combustible, añadió Sachs. Al respecto, apuntó que es necesario investigar para obtener biocarburantes que no procedan de materias primas agrícolas o de cultivos alimentarios.

Sachs resaltó que, sobre todo, es necesario incidir en el desarrollo de infraestructuras y de la agricultura en África para que los países de este continente puedan abastecerse de alimentos. «Se trata de desarrollar variedades de semillas más resistentes, cultivos que aguanten mejor la sequía y que produzcan más cosechas», afirmó.

Mientras, en Barcelona, el ministro de Agricultura francés, Michel Barnier, auguró una nueva subida de los precios de los alimentos en los próximos meses, sobre todo los relacionados con las proteínas animales y la leche, debido a la gran demanda de países emergentes como China y la India. Barnier abogó por la creación de un espacio nuevo de diálogo en el que abordar los temas agrícolas, no sólo de precios, sino también de seguridad y diversidad alimentarias.