Roma

El nuevo presidente del Gobierno italiano, el conservador Silvio Berlusconi, y los ministros que integran el gabinete juraron ayer sus cargos ante el jefe del Estado, Giorgio Napolitano, 25 días después de las elecciones. El Berlusconi IV, como ya es conocido, está integrado por 21 ministros, de ellos cuatro mujeres, la más conocida, la titular de Igualdad de Oportunidades, Mara Carfagna.

De esos 21 ministerios, doce son con cartera y nueve sin cartera. Doce ministros pertenecen a Forza Italia (el partido de Berlusconi), cuatro a la derechista Alianza Nacional, otros cuatro a la Liga Norte, el partido federalista de tintes racistas, y el restante a un grupo democristiano aliado.

Il Cavaliere regresa con un Gobierno hecho a su medida, sin vicepresidencias ni grandes nombres de relieve de fuera de los partidos aliados. Los observadores resaltaron ayer que Berlusconi ha aprendido la lección de la legislatura 2001-2006, en la que colocó en primera fila a los líderes de los grupos aliados y acabó quemándose en una negociación permanente para contentarlos, que propició dos gobiernos. Esta vez ha repartido la tarta del poder, pero el trozo más grande ha sido para su grupo.

Aparte de Umberto Bossi, líder de la Liga Norte, que retorna como ministro sin cartera para las Reformas, los otros dos líderes aliados han sido alejados del Gobierno: Gianfranco Fini, de Alianza Nacional, que pasa a presidir la Cámara de Diputados, y Raffaelle Lombardo, del sureño Movimiento por la Autonomía, es el titular de la región de Sicilia.

Berlusconi ha echado mano de sus hombres de confianza, empezando con el fiel y discreto Gianni Letta, nuevo subsecretario de la Presidencia, y ha repescado para Economía a Giulio Tremonti y a Franco Frattini, hasta ayer comisario europeo, para Asuntos Exteriores.

Vistos los resultados en las urnas, los observadores coinciden en que la legislatura se jugará en ministerios claves como Interior y Reformas, ahora bajo responsabilidad de la Liga Norte, lo que ha levantado recelos en la oposición de izquierdas, conociendo el discurso de tintes xenófobos «liguista» en temas de inmigración ilegal y seguridad ciudadana. Berlusconi ha creado el Ministerio para «simplificar las leyes», que ha entregado a Roberto Calderoli, de la Liga Norte, famoso por el escándalo que originó tras exhibir una camiseta con las caricaturas de Mahoma, que le obligó a dimitir como ministro.