Jerusalén

El presidente estadounidense, George Bush, llegó ayer a Oriente Próximo para celebrar el 60.º aniversario de la constitución del Estado de Israel y para tratar de fortalecer los esfuerzos de paz que, en todo caso, se han visto complicados por el escándalo de corrupción que salpica al primer ministro israelí, Ehud Olmert.

Bush, de quien se duda que pueda garantizar un acuerdo entre Israel y los palestinos antes de dejar la Casa Blanca en enero, planea mantener conversaciones con líderes israelíes y realizar un discurso ante el Parlamento durante sus tres días de visita.

«Nuestras dos naciones enfrentaron grandes desafíos cuando fueron fundadas. Y nuestras dos naciones han confiado en los mismos principios para ayudarlas a ser exitosas. Nosotros construimos fuertes democracias para proteger la libertad dada por un todopoderoso Dios», afirmó Bush sobre la alfombra roja del aeropuerto Ben-Gurion de Tel Aviv.

«Consideramos Tierra Santa como un lugar muy especial y considerados al pueblo israelí como amigos cercanos, shalom», añadió. El presidente estadounidense y la primera dama, Laura Bush, fueron recibidos por un sonriente Olmert, junto a su esposa, Aliza, y el presidente israelí, Simon Peres.

«Bienvenido al nuevo Israel, con 3.000 años de edad y yendo hacia los 60», afirmó Peres citando raíces bíblicas y agradeciendo a Bush por estar «a nuestro lado en las soleadas mañanas y en el tiempo tormentoso».

Olmert, que lucha para que sobreviva su carrera política en medio de una investigación policial por haber recibido supuestos sobornos, afirmó el martes que ha llegado con el presidente palestino, Mahmud Abbas, a «entendimientos y puntos de acuerdo» sobre varios asuntos. Pero funcionarios palestinos se mostraron escépticos y uno destacó que ambas partes «tienen aún un largo camino por recorrer».

Bush no visitará los territorios palestinos durante su visita, pero planea reunirse con Abbas el sábado en Egipto. Los palestinos están recordando su «Nakba» o «catástrofe» esta semana. Con ella se refieren a los 700.000 palestinos que debieron abandonar o fueron expulsados de sus hogares en 1948.

Olmert y Abbas acordaron en una conferencia auspiciada por Estados Unidos en Annapolis, Maryland, en noviembre pasado, intentar alcanzar un acuerdo de paz antes de finales de año, el cual debería incluir un Estado palestino. Pero, desde ese momento, las conversaciones se atascaron por los planes israelíes de expansión de las colonias en Cisjordania y la violencia de Hamas en la Franja de Gaza.

Olmert aseguró ayer ante decenas de líderes mundiales que ha alcanzado «entendimientos y elementos de acuerdo» con los palestinos «en cuestiones importantes» del diálogo de paz, aunque reconoció que en otras subsisten discrepancias.

Olmert no habló anoche de fechas para la paz, pero indicó que espera «alcanzar con los palestinos un acuerdo de aplicación gradual y de acuerdo a la "hoja de ruta"», el plan de paz que guía las actuales negociaciones.

El dirigente israelí aprovechó para hacer esta declaración la presencia de decenas de líderes de los ámbitos político, económico y social en el acto central de la conferencia iniciada ayer en Jerusalén con motivo del 60.º aniversario de la creación de Israel (ver página 41).

Organizado por el presidente israelí, Simon Peres, este evento de tres días reúne a trece jefes de Estado o de Gobierno -entre ellos, Bush- y a catorce que lo fueron, como el ex presidente del Gobierno español José María Aznar. El ex premier británico y actual enviado del Cuarteto de Oriente Medio, Tony Blair, y el artífice de la perestroika, Mijail Gorbachov, también están presentes.