Londres / Oviedo

El teleobjetivo de un fotógrafo ha servido para revelar el contenido de un documento confidencial que llevaba en la mano una ministra del Gobierno británico cuando se dirigía el pasado martes a la reunión del gabinete.

La revelación del documento, que contradice los mensajes de tranquilidad de las tesis oficiales, ha colocado contra las cuerdas al primer ministro, Gordon Brown, muy debilitado tras la escandalosa derrota del laborismo en las pasadas elecciones municipales de Inglaterra y Gales, la peor en cuatro décadas.

Gracias al descuido de Caroline Flint, titular de Vivienda, que aparece sonriente en la foto, ignorante de la indiscreción, los ciudadanos se han enterado de que los precios del sector pueden caer hasta un 10 por ciento en un año.

Un documento que debían ver sólo los miembros del Ejecutivo apareció el miércoles reproducido en varios periódicos británicos para irritación de Brown, que no quería que se divulgara una noticia tan alarmante para muchos.

El documento predice una caída anual de los precios entre un 5 y un 10 por ciento, en el mejor de los casos, y recoge la desaceleración de la construcción de viviendas. La ministra reconoció que se había visto sorprendida por la publicación de la foto pero negó que las notas que llevaba en la mano, a la vista de todos, equivaliesen a un pronóstico oficial sobre la grave crisis del sector inmobiliario.

Brown, cuyo Gobierno ha venido asegurando que la caída de precios será tan sólo un reajuste que no debe preocupar a los propietarios, tardó en reaccionar hasta ayer por la tarde. En rueda de prensa, reivindicó que «probablemente» es la persona más indicada para dirigir el país en un contexto de crisis económica, dada la experiencia acumulada en sus once años al frente del Ministerio del Tesoro, en los que ya tuvo que lidiar con escenarios de recesión como los actuales, dijo.