Londres

Unas 25 personas, entre ellas dos niños, han muerto en Sudáfrica como consecuencia de la ola de violencia contra inmigrantes extranjeros -zimbabuenses y mozambiqueños sobre todo- que viven en Johannesburgo y sus alrededores, según anunció ayer la Policía sudafricana y recogió la cadena británica Sky News. Por su parte, la BBC, que cita fuentes de ONG en el país, habla de al menos 6.000 personas que han huido del país o han debido buscar refugio fuera de sus casas.

Cientos de extranjeros, informa «Efe», han buscado refugio en comisarías de Policía e iglesias tras la escalada de violencia, que se inició la semana pasada y que ayer se cobró sus dos últimas víctimas mortales por el momento. Esto no ha impedido que, por ejemplo, una iglesia en la que había un millar de zimbabuenses refugiados haya sido atacada, según la BBC.

«En estos momentos, algunas personas han sido trasladadas al Ayuntamiento para que estén seguras, pero otras están todavía huyendo y no saben dónde ir», explicó el portavoz de la Policía, Veli Nhlapo, a la cadena sudafricana SABC.

La mayoría de las víctimas mortales son zimbabuenses, a los que algunos sudafricanos acusan de fomentar la delincuencia en el país y hacerse con los pocos puestos de trabajo que hay. Se estima que en Sudáfrica viven hasta tres millones de zimbabuenses que han huido de la grave situación de pobreza que vive el país que gobierna Robert Mugabe.

Según la SABC, en el último de los incidentes conocidos hasta ayer por la tarde dos personas fueron asesinadas y más de dos decenas de chabolas incendiadas en la localidad de Tembisa, próxima a Johannesburgo.

Durante el pasado fin de semana los incidentes violentos se repitieron en Johannesburgo y otras localidades cercanas, obligando a la Policía a recurrir al uso de gases lacrimógenos y de balas recubiertas de goma para dispersar a las turbas de ciudadanos en busca de extranjeros y que saquearon los comercios de éstos. «Si volvemos a salir a la calle nos van a matar», declaró un zimbabuense refugiado en una comisaría a la BBC.

«Ésta es una situación clásica de refugiados», explicó a la BBC Rachel Cohen, de Médicos Sin Fronteras (MSF), mientras que el portavoz de esta ONG, Eric Goemaere, dijo haber tratado «heridas de bala, gente apaleada, víctimas de violación». «La gente está aterrorizada», explicó.

Los ataques xenófobos empezaron hace una semana en la localidad de Alexandra, al norte de Johannesburgo. Desde allí se extendieron hacia Johannesburgo, alcanzando los suburbios de Diepsloot, Jeppe, Cleveland, Tembisa, Primrose, Reija Park y el céntrico barrio de Hillbrow, además de los barrios del norte de Pretoria. La Policía asegura haber detenido a 200 sospechosos por varios delitos, incluidas violaciones. El presidente sudafricano, Thabo Mbeki, ha anunciado que creará un equipo de expertos para que investiguen la ola de violencia, mientras que el líder del partido gobernante Congreso Nacional Africano, Jacob Zuma, también ha condenado los ataques. «No podemos permitir que Sudáfrica se haga famosa por la xenofobia», afirmó en Pretoria.