París / Madrid

El presidente francés, Nicolas Sarkozy, propondrá durante la Presidencia gala de la UE, que se inicia el próximo 1 de julio, una política coordinada de represión de la inmigración ilegal, según informó en su edición de ayer el diario británico «Financial Times», que cita un documento del Gobierno francés titulado «Pacto sobre inmigración».

En el texto se reclama una rápida aplicación de los visados biométricos y de la exigencia de clases obligatorias de idioma para los recién llegados, se admite que la UE necesita emigrantes por razones económicas y demográficas y se subraya que «Europa no tiene medios para acoger dignamente a todos los que ven un El Dorado en ella».

En consonancia, se pide a todos los estados miembros que adopten «contratos de integración» obligatorios para los inmigrantes, de forma que tengan que aprender la lengua del país en el que viven y «los valores nacionales y europeos, como la igualdad entre hombres y mujeres y la tolerancia».

La propuesta de Sarkozy incluye un nuevo impulso a las repatriaciones de los ilegales a sus países de origen. París sostiene que ahora sólo se expulsa a uno de cada tres irregulares, por lo que se requiere a la UE para generalizar los acuerdos de repatriación. En estos momentos, Bruselas negocia con Marruecos, Pakistán y Turquía. París sugiere negociar con «todos los instrumentos diplomáticos y comerciales».

La iniciativa francesa plantea, asimismo, que la inmigración legal tenga en cuenta las necesidades del mercado laboral del país de acogida permitiendo la entrada a trabajadores de sectores donde escasea la mano de obra.

París discute el documento con otras capitales y el contenido del borrador podría rebajarse, pero, según el diario británico, Sarkozy espera que los líderes de la UE apoyen un pacto europeo sobre inmigración este mismo año.

La difusión de este borrador de la futura Presidencia francesa coincide con el anuncio hecho el miércoles en Varsovia por el presidente francés de que Francia abrirá en julio su mercado laboral a los países del Este europeo que entraron en la UE en 2004.

Tras conocer la filtración de los planes galos, el secretario de Estado para la UE, Diego López Garrido, aseguró ayer que no ve claro «el objetivo» de exigir a los inmigrantes -que acaban de llegar a Europa a «cubrir puestos de trabajo que no cubren los nacionales» de la UE- que aprueben exámenes de lengua para conseguir un permiso de residencia. A juicio de López Garrido, esos exámenes son «un obstáculo innecesario».