El secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, fracasó hoy en su segundo intento de conseguir el permiso de la Junta Militar birmana para entrevistarse con la líder opositora, Aung San Suu Kyi, antes de finalizar su visita oficial a Birmania (Myanmar).

Ban anunció la decisión del régimen después de mantener, en menos de 24 horas, dos reuniones con el general Than Shwe, presidente de la Junta Militar, en la nueva capital de Naypyidaw, la fortaleza en la que fue recibido el pasado viernes poco después de su llegada.

La respuesta de Than Shwe, según precisó Ban, fue que en las actuales circunstancias no era posible ver a Suu Kyi dado que eso supondría una injerencia en el proceso judicial al que está siendo sometida en la prisión de máxima seguridad de Insein, situada a las afueras de Rangún y donde el pasado 20 de mayo fue visitada por los embajadores de Tailandia, Singapur y Rusia.

Suu Kyi, de 64 años, está acusada de violar en mayo los términos del arresto domiciliario que cumplía desde hacía más de un lustro al cobijar dos noches en su casa a John William Yettaw, un estadounidense que se coló en el domicilio de la opositora burlando la vigilancia policial.

De ser declarada culpable, la líder de la LND, única formación política que resiste a la intensa presión del régimen, puede ser condenada a una pena de hasta cinco años de cárcel, lo cual impediría su participación en las elecciones que la Junta Militar pretende celebrar en 2010.

La reanudación del juicio contra Suu Kyi, fijada para el pasado viernes, fue aplazada una vez más y hasta el próximo 10 de julio, cuando Ban se encontraba ya en Birmania e iba camino de Naypyidaw, a unos 400 kilómetros al norte de Rangún, para reunirse con el general Than Shwe y otro miembros de la Junta Militar.

Los objetivos de la visita a Birmania del secretario general de la ONU eran obtener garantías de que las elecciones que se celebrarán en 2010 serán justas, y conseguir la puesta en libertad de cerca de 2.100 políticos, incluida la de la Nobel de la Paz, o por lo menos permiso para verla en persona.

Desde que en septiembre de 2007 se produjeron las multitudinarias manifestaciones en favor de la democracia, la cifra de presos políticos ha aumentado en cerca de un millar, así como la severidad de las sentencias, algunas de hasta sesenta años por activismo político, según los grupos disidentes.

El resultado de la visita es probable que espolee la críticas de las organizaciones internacionales comprometidas con la defensa de los derechos humanos y de detractores de la estrategia de la ONU en Birmania, que alertaron de que un fracaso diplomático del organismo reforzaría la postura de la Junta Militar.

"La estrategia que sigue la ONU está claro que no lleva a ningún lado", señaló un diplomático europeo radicado en Bangkok y a cargo del seguimiento de la situación en Birmania.

Durante su estancia en el país, Ban admitió la dificultad que entrañaba conseguir los objetivos de su misión a Birmania, donde en mayo de 2008 arrancó al general Than Shwe el compromiso de permitir la entrada de la ayuda internacional destinada a los damnificados por el ciclón que arrasó la región del delta del río Irrawaddy y que causó casi 140.000 muertos.

Hasta la fecha y a pesar de las sanciones impuestas por la Unión Europea (UE), Estados Unidos y otros países, la Junta Militar ha ignorado todos los reiterados llamamientos de la comunidad internacional para que libere a los presos políticos y emprenda un diálogo político con el partido de Suu Kyi.

Con Suu Kyi al frente, la LND venció por abrumadora mayoría las elecciones celebradas en 1990, cuyos resultados nunca han sido reconocidos por los militares.