Washington / Oviedo

El líder demócrata en el Senado de EE UU, Harry Reid, asestó ayer un duro golpe a los planes del presidente Obama, al descartar que el Congreso vaya a aprobar la reforma del sistema sanitario para agosto, como había pedido la Casa Blanca.

En la actualidad circulan en el Congreso tres borradores distintos de proyectos de ley para acometer una reforma que busca dar una cobertura médica asequible y de calidad a los cerca de 50 millones de estadounidenses que carecen de asistencia sanitaria.

Esos borradores deben votarse y armonizarse antes de llegar a un único proyecto de ley que el Congreso pueda aprobar y remitir a Obama para su firma. El presidente estadounidense, que ha hecho de la reforma sanitaria una de sus prioridades legislativas, había reclamado al Congreso que aprobara el proyecto para agosto, cuando el legislativo comienza sus vacaciones.

Reid explicó ayer que el Comité de Finanzas del Senado, autor de uno de los borradores, votará su propuesta antes de agosto. Entonces Reid la armonizará con la que ya ha aprobado el Comité de Salud del Senado, y la votación no se haría hasta la vuelta de vacaciones.

El anuncio de Reid coincide con la campaña de Obama de promoción de la reforma sanitaria, que parece perder respaldo entre legisladores y ciudadanos. Obama participó ayer en una reunión con votantes en Cleveland (Ohio) para explicar la necesidad de la reforma.

Ayer de madrugada (hora española) ofreció una rueda de prensa en horario de máxima audiencia para defender la necesidad de la reforma. Obama aseguró que la reforma es «esencial» para que la economía del país pueda recuperarse. «Los estadounidenses que carecen de cobertura sanitaria están esperando nuestro liderazgo, y no debemos defraudarlos. Aprobaremos una reforma que rebaje los costes, aumente las opciones y aporte una cobertura fiable, y lo haremos este año».

Uno de los principales argumentos empleados contra la medida es el coste, que algunos analistas sitúan en un billón de dólares, cifra que, aseguran los críticos, disparará el déficit fiscal. Obama quiso atajar esos miedos al asegurar que «la reforma no aumentará nuestro déficit en los próximos diez años, y lo digo en serio». Al contrario, añadió, «si no se controla el gasto sanitario», principal partida del déficit federal, «no seremos capaces de controlarlo».

En la rueda de prensa Obama calificó de «estúpida» la actuación de los agentes de Policía que detuvieron hace unos días a un respetado catedrático negro de la Universidad de Harvard en su propio domicilio, en un episodio que vuelve a poner de manifiesto las tensiones raciales que se viven en el país.

Por otra parte, tres alcaldes, dos legisladores y varios rabinos figuran entre los 44 detenidos ayer en una gran operación anticorrupción que la Oficina Federal de Investigaciones de Estados Unidos (FBI, Policía Federal) ha llevado a cabo en Nueva Jersey. Las autoridades practicaron las detenciones en el curso de una investigación iniciada contra varias bandas dedicadas al blanqueo de dinero y al tráfico de órganos, en la que se acabó implicando a una enorme lista de funcionarios públicos.