La Policía iraní disolvió ayer con gases lacrimógenos la manifestación convocada por la oposición en la explanada de la Gran Mezquita de Teherán para conmemorar, cuarenta días después, a las víctimas de la represión. En las cercanías de la Gran Mezquita, centenares de personas intentaban manifestarse en recuerdo de las personas fallecidas después de las pasadas elecciones en Irán, que fueron consideradas «un fraude» por la oposición. En dichos enfrentamientos entre los manifestantes y la Policía, tres personas fueron detenidas.

Mientras, las autoridades iraníes trasladaron ayer al líder reformista Said Hajjarian desde la cárcel donde se encontraba desde poco después de las elecciones presidenciales del 12 de junio a una casa «propiedad del Estado», bajo supervisión de alta seguridad.

Por otra parte, autoridades iraquíes aseguraron haber controlado un campo de refugiados iraníes cerca de la frontera entre ambos países.