Santiago de Chile / Oviedo

El candidato de la coalición gubernamental a la Presidencia chilena, el ex presidente democristiano Eduardo Frei, pidió el voto de izquierda para derrotar a la opción de derechas que representa el empresario Sebastián Piñera en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, el próximo 17 de enero.

Para Frei, la candidatura de Piñera, nieto de asturianos, representa una concentración de «poder». El llamamiento de Frei se basa en que la Concertación, el movimiento al que representa y del que forma parte la presidenta saliente, la socialista Michelle Bachelet, es un amplio frente que va desde la democracia cristiana hasta el socialismo.

Con el 99,42% de los votos escrutados, Piñera obtuvo un 44,05%, mientras que Frei quedó en segundo lugar, con el 29,6%, seguido de los escindidos de la Concertación Marco Enríquez-Ominami (20,13%) y del comunista Jorge Arrate (6,21%).

Piñera denunció la «brutal intervención electoral» del Gobierno para impedir su triunfo y favorecer con el «uso y abuso de recursos públicos» a su oponente, Eduardo Frei, aunque matizó que no le consta que la presidenta Bachelet tenga «responsabilidades personales».

Máxime cuando el tercer clasificado ya ha respondido al llamamiento de Frei dando libertad de voto a sus seguidores. Enríquez-Ominami, de 36 años, explicó que ninguno de los dos candidatos más votados representa «el cambio», porque ambos, argumentó, «se parecen demasiado. No hay nada que negociar (...). Si quieren el voto de quienes han votado por nosotros, escuchen sus demandas. Así de simple».

Las elecciones del domingo han marcado, por otra parte, el regreso del PC chileno a un Parlamento del que salió en 1973 con el golpe de Estado de Pinochet. El PC obtuvo tres diputados tras firmar un pacto electoral con la Concertación para romper el bipartidismo implícito en la Constitución.