Libardón preside Chile y Chile preside Libardón, ya que la plaza de Libardón se llama plaza de Chile. Las raíces históricas de los pueblos asturianos brotan, en buena parte, de las parroquias. Por eso procede hablar hoy más de Libardón -parroquia- que de Colunga -concejo-. Libardón dista unos diez kilómetros de la capital del municipio, una distancia considerable en el pasado, que daba por necesidad una cierta autonomía. Antes de emigrar a América, los libardoneses tenían tiempo, mientras de niños cuidaban el ganado por el Sueve, a meditar sobre lo divino y lo humano. En Chile constituyen, ya en el último año del siglo XIX, la Sociedad Benéfica Progreso de Libardón, incluyendo entre sus fines los «instructivos». Como en tantos pueblos asturianos, los libardoneses de la emigración se adelantan a los de casa en crear una asociación cultural, ya que la Sociedad de Fomento de Libardón surge en el propio pueblo ocho años después, en 1907. Como una muestra de la presencia de Libardón en el mundo, además del más famoso de los gaiteros asturianos, Ramón García Tuero, cabe recordar que en la celebración del día de San Roque en La Habana, Buenos Aires, Santiago de Chile y Valparaíso, los libardoneses sentaban a la mesa hasta quinientas personas. La leyenda dice que fue el cura de Libardón quien, oyendo a Ramón García Tuero tocar, de niño, en Arroes, propició sus primeras visitas al pueblo cuyo nombre haría conocido en todo el mundo.

La llegada a la Presidencia de Chile de un libardonés de origen no es del todo sorprendente si se tiene en cuenta el rango histórico de la presencia asturiana en Chile, especialmente de los oriundos de las Peñamelleras y de Libardón. Esa presencia asturiana, vinculada primero al gremio de los ferreteros, se extiende hoy a otros ámbitos de la vida social y cultural de Chile.

Sebastián Piñera se opuso, en su día, a la continuidad de Pinochet, financiando la campaña del no al dictador, legitimando su participación en la actual derecha democrática chilena de la Coalición por el Cambio, frente a la candidatura de la Concertación de la izquierda que encabezó el ex presidente Eduardo Frei. No puede negarse que Sebastián Piñera debe poner límites a los excesos derechistas de sus compañeros de candidatura de la Unión Democrática Independiente. Pero ahora es el momento de celebrar la llegada a la Presidencia de Chile de un libardonés, que esperemos que haga honor a la gran emigración asturiana en América, de la que procede.