Bagdad / Oviedo

Uno de los miembros más despiadados del régimen de Saddam Hussein, Alí Hasan al Mayid, de 68 años, conocido como «Alí el Químico» y primo del difunto dictador, fue ejecutado ayer en Irak, tras haber acumulado cuatro condenas de muerte en distintos juicios. Según la cadena de televisión estatal Al Iraquiya, Al Mayid fue ajusticiado en la horca, al igual que Saddam, que murió de esta manera el 30 de diciembre de 2006.

La última condena a muerte que recibió fue anunciada el pasado día 17, en un juicio por haber ordenado en 1988 un ataque con gas venenoso contra los kurdos, en la localidad de Al Halabja, donde murieron unas 5.000 personas. Las víctimas afirmaron que la aldea fue atacada con armas químicas e identificaron como principal culpable a «Alí el Químico», que en aquel entonces era el responsable de la Oficina de Organización del Norte del extinto partido gubernamental Baaz.

Con anterioridad había sido condenado a la pena capital el 2 de marzo de 2009 por orquestar el asesinato de decenas de chiíes en febrero de 1999, tras la muerte de su más importante líder, Mohamed Sadeq al Sadr, y de su hijo, en la provincia chií de Nayaf, al sur de Bagdad.

El 2 diciembre de 2008 escuchó otra sentencia similar por su papel en la represión de la revuelta chií en el sur de Irak que siguió a la derrota en la guerra del Golfo de 1991. Seis meses antes, el 24 de junio de 2007, había sido condenado a morir en la horca por la campaña de «Anfal», entre 1987 y 1988, que causó la muerte de casi 180.000 kurdos iraquíes por la utilización masiva de armas químicas, procedimiento cuya concepción se le atribuyó.

La ejecución de «Alí el Químico» fue acogida por los rebeldes iraquíes con una oleada de atentados en Bagdad que se saldó con al menos 36 muertos y más de 70 heridos y que las autoridades atribuyeron a Al Qaeda.

Las explosiones sucesivas, con pocos minutos de diferencia, se produjeron cerca de los hoteles Sheraton, Palestina, Babel y Hamrá, los dos primeros muy próximos, en la céntrica plaza de Fardús, y los demás en otras zonas del centro de la capital.

Según fuentes policiales, los artefactos que estallaron consistían en coches bomba conducidos por suicidas, lo que constituye la principal pista para atribuir los atentados a Al Qaeda. Las áreas de la capital atacadas se encuentran cerca de la llamada «zona verde», que cuenta con especiales medidas de seguridad y que alberga a varios ministerios y embajadas, entre ellas la de EE UU.

La ola de atentados de ayer se produjo, también, a escasas semanas antes de las elecciones parlamentarias del próximo 7 de marzo, de las que saldrá la próxima coalición gobernante en Irak. Las autoridades iraquíes ya habían advertido de que según se acerque la fecha de las elecciones hay mayor riesgo de atentados. La muerte de «Alí el Químico» los incrementó aún más.