Madrid / Oviedo

El ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, rebajó ayer explícitamente el perfil de la Presidencia semestral española de la UE, en plena polémica por el aplazamiento de la cumbre EE UU-UE al segundo semestre del año, que ha venido acompañado de críticas no oficiales de Washington sobre el desbarajuste institucional que está provocando en la Unión la aplicación del Tratado de Lisboa.

La Presidencia española de la UE será «modesta», «discreta, pero activa» para facilitarle la labor a las nuevas figuras institucionales que ha introducido Lisboa, entre ellas la presidencia del Consejo Europeo, que desempeña el belga Herman van Rompuy, explicó ayer Moratinos. De esta manera, añadió, se pretende evitar una multiplicidad de voces en la Unión.

Moratinos se expresó en estos términos ante presidentes de las comisiones parlamentarias de Asuntos Europeos de los diferentes estados miembros, reunidos con el Ministro en el Senado. Para el responsable de la diplomacia española hay que «rectificar» el error de hablar con «cuatro o cinco» voces, en lugar de una, como ocurrió en la cumbre del clima de Copenhague.

Varios de los parlamentarios europeos que le escuchaban sacaron a colación la cancelación de la cumbre UE-EE UU prevista en mayo en Madrid por la decisión de Barack Obama de no asistir, para centrarse en los asuntos domésticos. El belga Herman de Croo habló de «tortazo de Obama».

Moratinos les respondió afirmando que los comentarios sobre el «sentimiento de irrelevancia de la UE» desatado por la decisión de Obama y las discusiones acerca de si la Casa Blanca «ha ignorado o aparcado» a los europeos «para otros momentos» constituye «un falso debate». En su opinión, «las relaciones entre la UE y EE UU pasan por un muy buen momento» y «quizá por eso (Obama, que el año pasado viajó seis veces a Europa) no ve urgente una reunión como se había previsto».

El ministro de Exteriores saludó el documento franco-alemán suscrito el jueves por la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, Nicolas Sarkozy, sobre la nueva estrategia económica de la UE para los próximos diez años. En una cumbre bilateral, los dos mandatarios decidieron ayer relanzar el eje franco-alemán como locomotora de la Unión para disipar la sensación de parálisis que se está apoderando de los Veintisiete.

Mientras, Zapatero afirmó ayer, a su regreso de su viaje de 24 horas a EE UU, que en el «breve intercambio de palabras» que mantuvo con Obama tras el tradicional Desayuno de Oración se abordó la agenda futura del presidente norteamericano y pidió ser «prudentes» ante su posible asistencia a la cumbre UE-Estados Unidos que, dio por hecho, se celebrará en mayo en Madrid. Fuentes próximas a la Presidencia del Gobierno habían asegurado el miércoles que Obama y Zapatero se reunirían el jueves antes del Desayuno de Oración y que Obama explicará la anulación de su viaje. La reunión no se produjo.