Teherán / Washington

El presidente Mahmud Ahmadineyad ordenó ayer al organismo iraní de la energía atómica que inicie el enriquecimiento de uranio en la planta de Natanz, donde el régimen tiene unas 7.000 centrifugadoras preparadas para la operación. Washington, Londres y Berlín advirtieron de la aprobación de nuevas sanciones en el Consejo de Seguridad de la ONU.

Irán espera así conseguir por sus propios medios uranio enriquecido al 20 por ciento, el necesario para poner en marcha un reactor nuclear de investigación médica. Sin embargo, Estados Unidos y sus aliados sospechan que el objetivo último es lograr uranio enriquecido al 90 por ciento, suficiente para la fabricación de armas nucleares.

El anuncio pone en peligro los contactos y negociaciones sobre las ofertas del Grupo 5+1 (Estados Unidos, Reino Unido, Francia, China, Rusia y Alemania) para el enriquecimiento del uranio al 3,5 por ciento que ya posee Irán en algún país extranjero para fabricar el combustible nuclear que tanto ansía Teherán.

«He pedido al doctor (Alí Akbar) Salehi que se empiece a trabajar en la producción de combustible al 20 por ciento a través del uso de las centrifugadoras», anunció Ahmadineyad en referencia al director de la Organización para la Energía Atómica de la República Islámica.

«Le habíamos dicho a Occidente que viniera e hiciera el intercambio, pese a que sabíamos que podíamos producir nosotros mismos combustible enriquecido al 20 por ciento», aseguró el presidente en un discurso televisado centrado en la exaltación de los logros tecnológicos del país. «Les dimos de dos a tres meses de plazo para cerrar un acuerdo y ellos comenzaron un nuevo juego. Por eso le he pedido al doctor Salehi que comience a trabajar en la producción del combustible al 20 por ciento utilizando centrifugadoras», explicó.

El anuncio de Ahmadineyad no ha tardado en ser contestado desde Washington y otras capitales occidentales, aunque la contundencia es menor en Rusia o China, que cuentan con derecho de veto en el Consejo de Seguridad de la ONU, el organismo en el que deben ser aprobadas las sanciones contra Irán.

El secretario de Defensa norteamericano, Robert Gates, hizo un llamamiento a la comunidad internacional a aumentar la presión sobre el Gobierno iraní, más que sobre su gente, para poner límite a sus ambiciones nucleares. «Si la comunidad internacional se junta y genera presión para enfrentar al Gobierno iraní, creo que aún hay tiempo para sanciones», dijo Gates. El ministro de Defensa alemán, Karl-Theodor zu Guttenberg, pidió a la comunidad internacional que haga entender a Irán que se encuentran «en el límite de la paciencia» y amenazó con sanciones.