Oviedo, Luis MUÑIZ / Agencias

Irán dio a conocer ayer oficialmente que hoy, en la central nuclear de Natanz, iniciará el proceso para enriquecer uranio al 20 por ciento, un desafío a la comunidad internacional lanzado el domingo por el presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, y que se completa con otro anuncio: el régimen de los ayatolás construirá diez nuevas plantas a finales de este año o en 2011.

El pasado noviembre, Irán afirmó que construiría diez nuevas instalaciones para enriquecer uranio, pero sin especificar la fecha.

El director del Organismo iraní de la Energía Atómica, Ali Akbar Salehí, hizo ayer ambos anuncios, pero, al mismo tiempo, aseguró que su país interrumpirá la producción de combustible nuclear si llega a un acuerdo con las potencias.

Se trata de «un proyecto a largo plazo», advirtió Salehí, quien aseguró que su país ya ha informado por carta a la Agencia Internacional de la Energía Atómica, indicándole que el proceso de enriquecimiento de uranio podrá ser visitado por los inspectores internacionales.

Irán da así una vuelta de tuerca más al enconado pulso que mantiene con las grandes potencias y refuerza las sospechas de éstas de que, bajo su esfuerzo atómico civil, oculta un proyecto de naturaleza bélica cuyo objetivo sería la adquisición de un arsenal nuclear.

El conflicto se agravó a finales del pasado año, después de que Teherán desestimara una propuesta de Washington, París y Moscú para enviar su uranio al 3,5 por ciento al exterior y recuperarlo tiempo después enriquecido al 20 por ciento.

La semana pasada, en un aparente giro de timón, Ahmadineyad señaló que su país no tenía problemas para enviar el uranio al exterior. Pero el domingo rompió de nuevo la baraja al dar la orden de empezar a enriquecer uranio al 20 por ciento.

Esta política de ambigüedad ha logrado frenar hasta ahora el consenso que busca el presidente norteamericano, Barack Obama, para tratar de ganar el pulso mediante el endurecimiento de las sanciones, que es el camino que EE UU y Francia apostaron ayer por tomar.

Los responsables de Defensa de Washington, Robert Gates, y París, Hervé Morin, coincidieron en que el anuncio hecho el domingo por Irán echa por la borda todas las ofertas de diálogo. «Irán lo ha rechazado todo», lamentó Gates. Y Morin destacó la «total convergencia» de posiciones sobre el análisis de la situación y los pasos que hay que dar.

«Tenemos que encontrar una forma pacífica de resolver esta cuestión», para lo que es necesario que toda la comunidad internacional presione unida a Teherán, señaló Gates.

En paralelo, EE UU y la UE expresaron en un comunicado conjunto su temor a que el régimen iraní desate esta semana una nueva ola de represión coincidiendo con el 31.º aniversario de la revolución islámica, con motivo del cual la oposición ha convocado nuevas protestas.

Teherán / Oviedo

El ministro iraní de Defensa, Ahmad Vahidi, inauguró ayer dos líneas de producción en serie de aviones no pilotados,

«Los dos aviones, bautizados Raad (Trueno) y Nazir (Heraldo), son capaces de llevar a cabo operaciones de vigilancia y búsqueda a larga distancia, e incluso ataques precisos», explicó el ministro de Defensa, cuyas palabras reprodujo la televisión estatal.

También ayer, el subcomandante jefe del cuartel general de Defensa Aérea, Heshmatola Kasiri, anunció que Irán comenzará a producir en breve baterías antiaéreas similares a las rusas tipo «S-300».

En declaraciones reproducidas por la agencia de noticias estatal «Irna», señaló que su país es «autosuficiente» en materia de defensa antiaérea, aunque haya firmado un contrato con Rusia para la compra de las citadas baterías antiaéreas, operación que de momento Moscú ha decidido paralizar.