Oviedo, Luis MUÑIZ

Los enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad iraníes y los grupos de opositores marcaron ayer el 31.º aniversario de la revolución islámica. Pese a las fuertes restricciones impuestas por Teherán a la labor de los periodistas y el bloqueo de internet, páginas web afines al movimiento disidente informaron de ataques a varios de sus líderes, así como a una nieta del fundador de la República islámica, el ayatolá Jomeini, y represión de los manifestantes con fuego real, gases lacrimógenos y pelotas de goma.

Los choques volvieron a repetirse en la céntrica plaza de Azadi, en el oeste de la capital, en la que cientos de miles de iraníes acudieron a la llamada de su presidente, Mahmud Ahmadineyad, y corearon eslóganes como «¡Muerte a Estados Unidos!» y «¡Muerte a Israel!», según informó «Efe».

El balance de detenciones, aún provisional y siempre según fuentes de la oposición, alcanza la treintena de arrestos. En algunas partes de la ciudad, las fuerzas del orden abrieron fuego para disolver a los grupos de disidentes, mientras que en otras hicieron disparos al aire.

Estos datos no pudieron ser corroborados por otras fuentes, ya que, por primera vez en treinta años, la prensa no pudo informar libremente de la efeméride, según denunciaron las agencias de noticias a lo largo del día. De hecho, los medios que aún siguen en suelo iraní fueron convocados y llevados en autobuses a la céntrica plaza de Azadi para que pudieran asistir al discurso de Ahmadineyad.

Pero los hechos más llamativos de la jornada fueron los ataques sufridos por el clérigo reformista Mehdi Karrubi y el ex presidente aperturista Mahamed Jatami. El coche del primero fue apedreado por milicianos islámicos Basij. Karrubi salió huyendo y uno de sus hijos fue arrestado, según detalló «Efe» tras consultar el sitio de internet «Jaras».

Asimismo, fueron detenidos por espacio de una hora Zahra Eshraqi, nieta del ayatolá Jomeini, y su marido, Mohamed Reza Jatamí, hermano del ex presidente. Según «Jaras», las protestas no se limitaron a Teherán y se propagaron por varias ciudades del país, con decenas de heridos y detenidos, aunque este extremo tampoco pudo ser corroborado.

Entre tanto, Google confirmó un descenso considerable del tráfico de correos electrónicos de Gmail en Irán, pese a que las redes de la compañía funcionan con normalidad. Al mismo tiempo, internautas iraníes narraron el desarrollo de las protestas a través de la red Twitter.

En este clima, la alta representante de Política Exterior de la UE, Catherine Ashton, afirmó que los Veintisiete «apoyan» a los manifestantes iraníes partidarios de la democracia y del respeto de los derechos humanos, y señaló la «preocupación» de la Unión por la represión violenta de los protestas.