El Gobierno de EEUU intensificó hoy su respuesta al vertido de crudo en el golfo de México y anunció una revisión de las medidas de seguridad en las plataformas, durante la cual cancelará la concesión de nuevas licencias de explotación.

El presidente de EEUU, Barack Obama, anunció hoy en una comparecencia en la Rosaleda de la Casa Blanca que la revisión correrá a cargo del secretario del Interior, Ken Salazar, quien deberá presentar sus conclusiones en el plazo de 30 días.

Aunque mientras tanto se dejarán de expedir licencias de explotación, la medida no tendrá efectos prácticos, por cuanto el Gobierno no tenía pendiente ninguna solicitud para mayo.

En su informe, Salazar deberá indicar cuáles fueron las causas de la explosión y posterior hundimiento de la plataforma "Deepwater Horizon", que ha causado el vertido, y qué medidas de seguridad adicionales y nuevas tecnologías se deben adoptar para evitar que el suceso pueda repetirse.

Ese informe, indicó posteriormente el portavoz de la Casa Blanca, Robert Gibbs, "dará forma a toda nuestra política sobre perforaciones petroleras en aguas profundas".

Hace apenas un mes Obama anunció el fin de la prohibición a nuevas exploraciones en la plataforma atlántica y el este del golfo de México.

En su comparecencia de hoy, el presidente afirmó que las nuevas exploraciones siguen formando parte de sus planes, pero subrayó que debe hacerse de modo "responsable".

"Sigo creyendo que la producción nacional de petróleo es una parte importante de nuestra estrategia general para la seguridad energética", declaró Obama. "Pero siempre he dicho que se tiene que hacer de modo responsable, por el bien de nuestros trabajadores y nuestro medioambiente".

La perforación en las nuevas áreas forma parte integral del proyecto de ley sobre Energía que maneja el Senado estadounidense y cuya aprobación es una de las próximas prioridades legislativas de la Casa Blanca.

Obama y su Gobierno han intensificado su respuesta y sus comparecencias públicas acerca del vertido, para convencer a los estados afectados y a los ciudadanos de que mantiene la situación bajo control.

Con ello pretenden evitar las críticas que se dirigieron contra la lenta respuesta del Gobierno del presidente George W. Bush a la inundación de Nueva Orleans al paso del huracán "Katrina" en agosto de 2005.

Gibbs afirmó hoy que cualquier comparación entre ambos casos está "desinformada". "El Gobierno ha estado presente desde el primer momento", con el envío del Servicio de Guardacostas.

El portavoz insistió en que la respuesta del Gobierno ha sido la adecuada en todo momento y se ha ajustado acorde con la situación. "Sólo se nos informó de la existencia de un segundo escape el miércoles por la noche", apuntó.

Tanto la Casa Blanca como los distintos departamentos insisten en que están "completamente preparados" a hacer frente al desastre, declarado "catástrofe nacional", y emplearán "todos los medios necesarios" para combatirlo.

No obstante, han subrayado que la responsable última es British Petroleum (BP), la empresa que explotaba la plataforma.

De modo significativo, Gibbs rechazó en sus declaraciones hoy a la prensa declarar con rotundidad si el Gobierno está satisfecho con el comportamiento de BP en la crisis y se limitó a subrayar que el Ejecutivo "ha supervisado desde el primer momento" las operaciones de limpieza y contención.

En una rueda de prensa en Nueva Orleáns, la secretaria de Seguridad Nacional, Janet Napolitano, y Salazar indicaron que aquellos a quienes se encuentre responsables del suceso tendrán que responder ante la Justicia.

El vertido en el Golfo de México comenzó el pasado día 20 tras la explosión e incendio de la plataforma, que tras hundirse comenzó a derramar cerca de 5.000 barriles diarios de crudo.

La mancha de crudo llegó hoy a la costa del estado de Luisiana, donde la marea negra podría afectar hasta a 400 especies animales y vegetales en las delicadas marismas costeras, según han advertido las autoridades.