El líder conservador británico, David Cameron, advirtió al lideraldemócrata, Nick Clegg, de que es "tiempo de decidir" qué oferta prefiere para formar Gobierno, tras haber ampliado a los laboristas el proceso de diálogo que, inicialmente, había emprendido con los 'tories' para establecer un colaboración en el escenario sin mayorías absolutas que dejaron las elecciones del 6 de mayo.

En declaraciones a los medios de comunicación a la salida de su residencia londinense para iniciar una nueva jornada de negociaciones, Cameron confió en que Clegg opte por "la decisión correcta" para garantizar el Ejecutivo "fuerte y estable que este país necesita tanto y tan urgentemente".

Tras ver cómo los progresos emprendidos en un fin de semana de conversaciones se atascaban ante la demanda de "aclaraciones" de la tercera fuerza y, sobre todo, el factor de la renuncia de Gordon Brown, el aspirante a suceder a éste como primer ministro reivindicó el compromiso de sus filas de "poner de lado los intereses de partido por el interés nacional", al haber aceptado, finalmente, ceder en la inicial reticencia a tocar el actual modelo de voto.

Después de que la reforma electoral que reclaman los de Clegg se convirtiese en uno de los principales puntos de fricción de las conversaciones, los 'tories' decidieron admitir un referéndum, si bien, el alcance es inferior a lo que los laboristas están dispuestos a ofrecer. Así, además de garantizar ya por ley el voto alternativo que los conservadores quieren someter a plebiscito, el partido de Gobierno no descarta una consulta popular acerca de la representación proporcional plena por la que apuestan los liberaldemócratas.

Aún así, para Cameron, la de los suyos es "una oferta completa, muy abierta y razonable" para formar Gobierno, tras cinco días de negociaciones promovidas ante la falta de hegemonías en una Cámara de los Comunes en la que su grupo cuenta con el mayor número de escaños, pero a 20 de la cifra de 326 que marca la diferencia.

Por su parte, Clegg reconoció también que el proceso estaba ya en una "crítica definitiva fase" y, aunque dijo "estar tan impaciente como cualquiera porque esto culmine", aclaró que el objetivo fundamental de los liberaldemócratas es "actuar responsablemente" para formar el "buen Gobierno que la gente merece". "Tan pronto como sea posible daremos a conocer un acuerdo completo", declaró.

Mientras, su comisión negociadora se encuentra ya reunida en Westminster con una delegación laborista, a fin de explorar vías, después de que ambos partidos comenzasen ayer oficialmente los contactos, tras varios días de conversaciones informales.

El equipo liberaldemócrata es el mismo que ha estado hablando con los conservadores, mientras que, por el otro bando participan el primer secretario de Estado, Peter Mandelson, uno de los principales avales de Gordon Brown; el titular de Infancia, Ed Balls, considerado el mayor aliado del 'premier'; el responsable de Cambio Climático, Ed Miliband, quien redactó el programa electoral y aparece en las quinielas para un posible recambio en el partido; el ministro de Transportes, Lord Adonis; y la número dos laborista, Harriet Harman.